Si algo he aprendido a lo largo de mis humildes años y románticos empeños, es esto: La comunicación es la clave de toda relación sana (y básicamente a un todo sano).
Cuando no hay comunicación, no hay honestidad, no hay compartir las partes importantes de tu vida con tu chico, y por lo tanto, no hay conexión.
Y, por supuesto, no se sabe cómo os va realmente a los dos, porque tú estás resolviendo todos los problemas en tu propia cabeza, y lo mismo le pasa a él.
Cuando vives en dos mundos separados, es difícil alcanzar ese nivel de compromiso crucial para que él se vuelva adicto a ti y viceversa.
Es importante que te comuniques, que le animes a hablarte de sus aficiones y de todas esas pequeñas cosas que ocurren en su vida.