Para ser duro, a veces tienes que ser despiadado contigo mismo. Y esto es algo que esta chica también aprendió.
Aprendió a no excusarse ni a sí misma ni a los demás.
A no justificar a quien no se lo merece y a no ser blanda consigo misma; aprendió a no mentirse y a ser siempre sincera y a aceptar la verdad, por dura o dolorosa que pudiera llegar a ser.