Digamos que os acabáis de conocer. Sé amable con él, sonríe y ríete de sus chistes aunque no sean tan graciosos.
No te muestres demasiado fuerte o podría asustarse y salir corriendo, sí, como un cachorro perdido.
Créeme, los chicos son mucho más delicados de lo que pensamos. Al menos los que están cuerdos, y no los manipuladores de mierda disfrazados.
De todos modos, presta atención a la primera impresión que vas a dejar, porque aunque la cagues y vuelvas a empezar, esa primera impresión no desaparecerá nunca; se quedará en el recuerdo.