Protege su teléfono como si fuera algo sagrado todo el tiempo. Probablemente deberían contratarlo para proteger algún tesoro nacional o algo así. Este hombre lo protegería con su vida, en serio.
Y no sólo eso, sino que lo utiliza en cada momento del día y de la noche. Es como si formara parte de su cuerpo. Nunca está fuera de su vista o de su mano. Incluso si sale de la habitación por un segundo, ese teléfono se viene con él. Si sólo te prestara tanta atención a ti y no a un maldito aparato.