Desde el momento en que te conocí, supe que eras diferente. No te parecías a nadie con quien hubiera salido antes. Eras especial, y cambiaste algo en mí. Y por eso, siempre te estaré agradecida.
Contigo, por primera vez en mi vida, sentí lo que era sentir una conexión verdadera y genuina. Después de haber tenido tantos chicos que se fueron tan rápido después de conseguir lo que querían de mí... tú me mostraste que no tenía por qué ser así.
Me enseñaste que merezco ser apreciada y amada. Y contigo aprendí a no dejarme nunca dar por sentado, como un trozo de carne barata. Por fin vi mi valor.
Todavía no sé muy bien cómo sentirme con estas emociones persistentes que tengo hacia ti... Es como si estuvieras grabada en mí, y tengo que aprender a seguir adelanteincluso pensando que me sigues a todas partes.
A veces desearía que estos sentimientos desaparecieran. Me confunden... Ya no estás en mi vida, pero una parte de ti sigue viviendo conmigo. Supongo que es porque me enseñaste lo que es el amor verdadero y desinteresado.
Es difícil hacer las paces con el hecho de que te has ido, y todo lo que me queda son estos sentimientos inciertos que me invaden de vez en cuando. Pero me encanta que todos sean buenos sentimientos.
Siento que nuestra relación me ha enseñado todo lo que necesitaba saber. Tengo que verlo así para poder aceptar perderte.
Antes de ti, yo estaba muy lejos de ser la chica que soy hoy. Era un desastre. No sabía cómo defenderme. Siempre aceptaba menos de lo que merecía y cualquier atención era buena, aunque en realidad no lo fuera.
Me hacías reír. Me hacías sonreír cada vez que pensaba en ti. Siempre fuiste allí cuando te necesitéy nunca me sentí como una carga. Me hiciste sentir tan fácil de ser amado.
Después de todos los desengaños por los que había pasado, y después de haber estado insensible al mundo entero durante tanto tiempo, me hiciste salir de mi caparazón otra vez. Escalaste los muros que había levantado alrededor de mi corazón y me hiciste salir a la superficie de nuevo. Volví a estar viva. Y tan feliz.
Nunca podré agradecérselo lo suficiente.
Me demostraste que alguien podía interesarse por mí, después de haberme convencido a mí misma de que era tan poco adorable. Me costó creer que te gustaba de verdad, pero así fue. Me ablandaste.
Siempre fui la chica que se imaginaba casada y formando una familia... pero nunca pensé que encontraría a alguien que quisiera esas cosas conmigo. Hasta que llegaste tú.
Aunque Dios tenía otros planes para nosotros y nos separó por razones que aún intento comprender, no lucharé contra ello. Sé que así es como tiene que ser. Nuestro amor era precioso, y si estamos destinados a acabar juntos, encontraremos el camino de vuelta.
Eres demasiado especial para mí como para olvidarte. No eres como los demás chicos. Me mostraste lo que un hombre de verdad era.
Cuando las cosas se pusieron difíciles, luchaste por nosotros. No te acobardaste. No me dejaste sola en mis intentos de salvarnos. No temiste expresar tu lado más suave para demostrarme que me querías lo suficiente. Y eso es lo que te convierte en un hombre de verdad.
Las circunstancias se interpusieron y nuestro tiempo juntos se acortó demasiado, por lo que siempre lo lamentaré. Pero bueno, no podemos decir que no luchamos. Dios sabe que lo dimos todo. Nuestra relación fue hermosa y la única en mi vida que me hizo sentir bien conmigo misma.
No lloro hasta dormirme. No me arrepiento de nada. No he perdido la fe en el amor. En todo caso, tú eres la razón por la que creo en el "felices para siempre".
Y ahora, cuando te veo en el mundo, no me escondo. Te miro y me siento orgullosa de poder llamarte mía. Me siento segura de la mujer en la que me he convertido contigo a mi lado. Me siento feliz de haberte conocido y de que hayas dejado un impacto duradero en mí como mujer.
Sabes cómo tratar a una mujer. Y te aseguraste de que yo lo supiera. Así que no veo lo nuestro como un fracaso. Veo mi experiencia contigo como una bendición disfrazada.
Si no fuera por ti, probablemente seguiría conformándome con excusas de amor a medias, y no sería ni la mitad de la mujer que soy hoy. Sé lo que me espera y no aceptaré nada menos.
Y si el mundo decide volver a conectarnos, te prometo que lo daré todo para no perderte de nuevo. Eres una entre un millón, y nunca te veré como otra cosa. Confío en que quienes deban estar juntos siempre gravitarán el uno hacia el otro.
Y por eso siempre me alegraré de haberte conocido. Me enseñaste a quererme de nuevo, y eso es algo que siempre te agradeceré.