La verdad es que esta chica no se enamoró de ti cuando te conoció... se enamoró de tu potencial .
Ella cayó por todas tus mentiras y engaños y por todo lo que juraste que podrías llegar a ser.
Se enamoró del chico en el que esperaba que te convirtieras, del hombre que necesitaba que fueras.
No me malinterpretes: esto no significa que quisiera cambiar la esencia de lo que eras.
Sólo estaba ahí para empujarte hacia adelante, para creer en ti y para inspirarte a convertirte en la mejor versión posible de ti mismo.
Sólo quería que maduraras y te convirtieras en un hombre maduro que supiera lo que quería de la vida.
Un hombre que no se andaba con juegos, un hombre que no seguía perdiendo años viviendo como si no hubiera un mañana y un hombre que sabía lo que hacía con su vida.
Esta chica lo único que quería era que te pusieras las pilas. Que tomaras las riendas de tu vida y que por fin entraras en razón.
Necesitaba que fueras el hombre que merecía tener a su lado.
Un hombre que no se sintiera intimidado por ella, un hombre que tuviera lo necesario para ir por la vida hombro con hombro con ella y un hombre que no la retuviera.
Eso no significa que necesitara que fueras su héroe o su salvador. Nunca necesitó que la guiaras por la vida ni que la arreglaras de ninguna manera.
Verás, esta chica es fuerte e independiente y sólo quería una pareja igualitaria.
Alguien que pusiera el mismo empeño que ella, alguien que supiera apreciarla y alguien que le correspondiera, del mismo modo que ella le amaba a él.
Sin embargo, nunca podrías convertirte en ese hombre, a pesar de todos sus sueños, esperanzas y esfuerzos.
Nunca podrías convertirte en un hombre de verdad que conociera sus prioridades, que estaba dispuesto a comprometerse con una sola mujer y que pudiera entregarse por completo a esa mujer.
Es más que obvio que todo este tiempo, ella se mintió a sí misma diciéndose que eras mucho mejor de lo que realmente eras.
Se mintió a sí misma diciéndose que eras el elegido porque quería ver lo mejor de ti y porque creía que podías mejorar.
Todos estos años, esperó un cambio que nunca llegaría. Rezaba para que un día despertaras, te dieras cuenta de tus errores y asumieras la responsabilidad de tu vida.
Que un día entenderías que ella merecía mucho más que alguien que no fuera leal o fiable.
Que se merecía algo más que estar en una relación en la que se sentía sola y siempre como tu segunda opción.
Que se merecía que por fin la pusieras en primer lugar, que por fin le dieras el amor y la atención que necesitaba.
Rezaba para que un día te dieras cuenta y te convirtieras en... su potencial.
Sin embargo, ese día nunca llegó. Seguiste siendo el mismo imbécil de siempre sin ningún signo de progreso personal.
Y finalmente, se hartó. Se alejó de ti, renunciando a la idea de que alguna vez podría salvarte.
Ella te dejó, dándose cuenta de que estabas dañado sin remedio y que sólo se hacía daño a sí misma permaneciendo a tu lado.
Se dio cuenta de que no era esa supermujer que tenía la capacidad de abrirte los ojos y hacerte ver la realidad.
Que su amor no podría cambiarte a menos que lo hayas hecho tú mismo.
Por fin se dio cuenta de que estaba malgastando su energía con alguien que, en realidad, la estaba arrastrando consigo.
Que ya era hora de que se centrara en sí misma y que tenía que seguir adelante con su vida, sin ti en ella.
Así que, por favor, por una vez, sé el hombre más grande y déjala ir. Sabes muy bien que ella hizo más que suficiente por ti y que hizo todo lo posible para que vuestra relación funcionara.
No le des todas esas falsas promesas de que las cosas mejorarán muy pronto cuando sabes muy bien que todo eso son mentiras.
No le des esperanzas de que acabarás cambiando cuando eres muy consciente de que seguirás siempre igual.
Deja que se vaya y encuentre a un hombre que merezca su amor.
Un hombre que le dará todo lo que tú no pudiste o no quisiste darle.
Un hombre que la hará feliz de todas las maneras que tú no pudiste.