A veces somos demasiado, incluso para nosotros mismos, por no hablar de los demás. Si sobrepasamos los límites, podemos hacer que la gente nos dé un puñetazo en la cara. A mí me pasó tantas veces que quise matar a alguien por lavarme el cerebro, y luego me di cuenta de que yo también lo hago.
¿Eres perfeccionista, despreocupado o algo más? Haz este test y descubre qué es lo que haces que hace que la gente a tu alrededor se vuelva loca en un segundo.