En el fondo, la mayoría de nosotros queremos un amor de cuento de hadas. Queremos a alguien que haga temblar el suelo bajo nuestros pies, que nos haga perder la cabeza... alguien que sacuda nuestro mundo.
Bueno, todas estas cosas son en realidad signos de una química increíblemente fuerte entre dos personas. Sin embargo, ¿esta química conduce siempre también a una relación sólida?
1. La compatibilidad en la cama no te hace compatible en la vida
Seré totalmente sincero contigo: Hacer el amor es una parte muy importante de toda relación. Quien te diga lo contrario, miente.
No se trata sólo de placer físico, también es una forma de estrechar lazos entre la pareja. Aumenta la intimidad y sirve para aliviar el estrés.
Además, es un mito que las personas sean buenas o malo en la cama en general. Lo único que cuenta y garantiza el pleno placer de ambos es la compatibilidad física.
Sin embargo, llevarse bien en el dormitorio no significa necesariamente que también se lleven bien fuera de él. De hecho, ambos suelen tener muy poco en común.
Ser compatible en la vida real significa ser capaz de llegar a un compromiso. Significa tener visiones del mundo y planes de futuro similares, y querer casi las mismas cosas en la vida.
Básicamente, puedes ser una pareja increíble con alguien bajo las sábanas, lo que sin duda es señal de una química increíblemente fuerte.
Sin embargo, si os cuesta encontraros a medias durante el día, vuestra relación es de todo menos fuerte y sana. Sí, es probable que la intimidad física os mantenga juntos durante un tiempo.
Sin embargo, en cuanto la pasión se desvanezca (y lo hará), tus desacuerdos en la vida real saldrán a la superficie y empezarás a ver tu relación como lo que realmente es.
2. No es una base saludable para una relación
Una relación romántica sana entre dos personas se basa en muchas cosas. Sí, la química es una de ellas, pero desde luego no puede ser la única.
De hecho, hay muchos más fundamentos importantes de una relación real, como el amor incondicional, el respeto mutuo, el aprecio, la voluntad de esforzarse y hacer sacrificios, la comprensión, el compromiso...
Si hay química y pasión, estupendo.
Pero si quieres saber más sobre el futuro de tu relación, es hora de que te preguntes si vosotros dos, como pareja, compartís todas estas otras cosas mencionadas anteriormente.
No basta con que tú y tu pareja seáis amantes. También deberíais ser mejores amigos y socios en el crimen, y la química no es suficiente para eso.
Debe ser la persona con la que conectes a nivel intelectual, emocional y mental. Alguien cuya alma ames y que te complete en todos los aspectos de la vida.
3. Los polos opuestos se atraen, pero rara vez duran
Según la mayoría de los expertos en citas, las personas suelen experimentar la química más fuerte con sus polos opuestos.
Al fin y al cabo, es perfectamente normal que muestres un interés especial por alguien que es diferente a ti. Es difícil que te intrigue una persona parecida a ti.
Sabe cómo reaccionarán en la mayoría de las situaciones, puede adivinar lo que piensan y sabe qué esperar de ellos porque su comportamiento suele reflejar el suyo.
En cambio, cuando conoces a tu opuesto, te desafía. Tienes ganas de escarbar en las capas más profundas de su personalidad.
Sientes la necesidad de desvelar su lado misterioso. La necesidad de conocerlos y de llegar al fondo de alguien que no se parece en nada a ti.
En consecuencia, te sientes atraído por esas personas. Sientes unos fuegos artificiales increíbles y pasas por una montaña rusa de emociones.
Así que sí, se puede decir que los polos opuestos se atraen como imanes. Sin embargo, rara vez duran.
De hecho, en la mayoría de los casos, tus diferencias se convierten en un problema en tu relación. Todo lo que te gustaba de la otra persona empieza a molestarte.
Además, cuando se trata de estas parejas, todo es siempre dramático. No podéis evitar pelearos y estar en desacuerdo todo el tiempo, ya que tenéis actitudes y opiniones diferentes.
Aunque la relación puede parecer interesante al principio, con el tiempo se vuelve agotadora y agotadora.
4. Todo gira en torno a sus propias necesidades
El amor verdadero siempre es desinteresado, mientras que la química no lo es. Cuando crees que estás enamorado de alguien, lo cierto es que buscas satisfacer tus propias necesidades.
No me malinterpretes: no estoy diciendo que estés utilizando a esta persona. Sin embargo, la quieres toda para ti y lo único que te preocupa es cómo te hace sentir esta relación.
Por otro lado, una relación sólida que tiene una base firme consiste en satisfacer las necesidades y deseos de ambos. En este caso, quieres que la otra persona sea feliz, aunque eso no te incluya a ti.