Siempre debes ponerte a ti mismo y a tus propias necesidades en el primer lugar de tu lista de prioridades.
La relación que tienes contigo mismo es la más importante de tu vida.
Nunca debes pensar en querer a alguien más de lo que te quieres a ti mismo. No puedes esperar que los demás te cuiden si no lo haces tú mismo.
¿Cuántas veces ha oído todas estas frases? Y con razón, porque cada una de ellas es completamente cierta.
El amor propio es crucial para la salud mental y la felicidad en general.
Sin embargo, ¿qué ocurre cuando enmascaras algunos comportamientos nocivos y los confundes con amor propio?
Sí, es más posible de lo que cree, y aquí le explicamos cuándo.
1. Comer en exceso o en defecto
Uno de los primeros consejos que te darán a la hora de trabajar en ti mismo es que lo hagas en tu aspecto físico.
Es ir al gimnasio y conseguir un cuerpo lo más perfecto posible.
Aunque nadie puede discutir tus deseos de estar en forma, lo que tienes que recordar es que quererte a ti mismo no tiene que ver con tu aspecto y tu peso.
Puedes ser la mujer más atractiva por fuera, pero si no te sientes guapa por dentro, nunca te considerarás suficiente.
En consecuencia, no se considerará digno de su amor.
Sabiendo todo esto, está claro por qué comer poco o demasiado es uno de los comportamientos autodestructivos más comunes que muestran la mayoría de las mujeres.
Sin embargo, lo que lo hace aún peor es que muchos utilizan la excusa del amor propio y afirman que en realidad sólo están cuidando de sus cuerpos
a la hora de adoptar estos hábitos tóxicos.
Además de ser poco saludables, comer en exceso y no comer son también signos claros de problemas mentales.
Recuerda: mientras te estés haciendo daño sólo para ser más simpático a los demás, no te importas tanto como crees.
2. Permanecer en su zona de confort
¿Es usted conformarse con menos en la vida? ¿Se siente atrapado en una carrera en la que no puede alcanzar todo su potencial, en una relación que se ha convertido en un hábito y en la ciudad que dejó atrás?
Si las respuestas a la mayoría de estas preguntas son positivas, lo cierto es que en realidad estás atrapado en tu zona de confort.
Aunque lo veas como una forma de huir del estrés innecesario y de mantenerte mentalmente a salvo, en realidad es una forma de arruinarte silenciosamente.
Verás, lo que la mayoría de las personas autodestructivas tienden a hacer es permanecer en su zona de confort.
Es pasarse toda la vida con miedo al cambio y rodeados de la gente y las circunstancias que les son familiares.
Sí, es cierto que no debes sobrepasar tus límites y que no debes ponerte metas imposibles sólo para cumplir los estándares de los demás.
Sin embargo, eso tampoco significa que no tener fe en tus propias capacidades sea bueno.
Tener miedo de probar algo diferente, tener miedo de cortar con los que te hacen daño (por mucho tiempo que los conozcas y por mucho amor que les tengas) y no ser capaz de salir de tu zona de confort es malo para ti.
3. Compadecerte de ti mismo
Nadie te está diciendo que seas duro contigo mismo cada vez que cometes el más mínimo error.
Nadie te pide que te juzgues más de lo que juzgarías a tus seres queridos ni que finjas ser más duro de lo que realmente eres.
Sin embargo, compadecerte de ti mismo tampoco te llevará a ninguna parte.
Ser indulgente con uno mismo es una cosa, pero compadecerse de uno mismo es algo completamente distinto.
Cuando sientes algún dolor emocional, huir de él no es una buena idea.
Sin embargo, permitir que te identifique y se convierta en la parte más importante de tu personalidad también es un comportamiento autodestructivo.
Así que, por favor, en lugar de mimarte constantemente, ponte en contacto con tu fuerza interior y endurecete todo lo que puedas.
Toma las riendas de tu vida en lugar de culpar al destino por darte malas cartas.
4. Vivir el momento
¿Cuántas veces has oído a alguien decirte que vivas el momento?
¿Olvidar el pasado y no pensar en lo que te deparará el futuro?
Al fin y al cabo, éste es uno de los principios básicos del amor propio: ¡disfrutar del presente!
Sin embargo, hay una gran diferencia entre vivir la vida al máximo y despreciar por completo todo lo que pueda venir después.
Ser irresponsable con tu futuro y huir de tus demonios del pasado (en lugar de afrontarlos como un adulto) es autodestructivo y perjudicial. Es todo menos amor propio.