Cada persona pasa por un desamor al menos una vez en la vida, pero la diferencia es cómo lo supera cada uno.
Algunas personas lloran y caen en la depresión, mientras que otras hacen locuras que les ayudan a superar la ruptura mucho más rápido. Pero independientemente de quién sea el culpable de poner fin a una relación, es un hecho que ambas partes sufrirán.
Algunos sufrirán durante más tiempo y con más intensidad y otros, que amaban menos, sólo sufrirán mientras piensan en ello.
Aún recuerdo mi primer desengaño: era muy joven y pensaba que nunca encontraría a otro hombre que me quisiera como me quería mi ex.
Pensaba que era el mejor, el más encantador, el más bello y un hombre con el corazón más grande de todos.
Pero estaba equivocada. Sólo era la víctima de un hombre que me engañaba con tal de conseguir lo que quería.
Cuando se hartó de mí, me abandonó como si no dejara nada. Y yo me quedé con todo mi amor y un montón de emociones encontradas dentro de mí con las que no sabía qué hacer.
Pensé que era el final de mi vida y que nunca más podría volver a amar. Estaba tan destrozada y desorientada que mi vida no tenía sentido.
Pero ahora, cuando pienso en mí en aquella época, simplemente sonrío.
¿Y sabes por qué? Porque me di cuenta de que era sólo la vida y que simplemente tenía que aprender algunas lecciones para hacerme más fuerte y estar preparada para algo serio.
Y agradezco a mi vida que me muestre las cosas malas para poder apreciar más las buenas. Y estas son las lecciones que aprendí y que nunca olvidaré.
Aprendí que no era culpa mía
Pensaba para mis adentros que yo era la que reventaba las cosas y que por su culpa mi ex me dejó. Pero me equivocaba todo el tiempo porque yo no podía influir para nada en sus decisiones.
Me entregué por completo a una relación que estaba condenada al fracaso desde el principio porque se basaba en las cosas equivocadas.
Después de algún tiempo, vi que la ruptura no fue culpa mía y que puedo ser la mejor versión de mí misma, pero para el chico equivocado, simplemente no será suficiente.
Y sólo entonces pude aceptar lo ocurrido y vivir en paz.
Aprendí que no debo creer todo lo que dicen
Que un chico sea dulce y cariñoso no significa que me desee lo mejor.
Hay muchos chicos que conocen buenas maneras de engañar a las chicas que les quieren y tarde o temprano, muestran su verdadera cara.
Salen con una chica hasta que consiguen lo que quieren, pero algunos son más crueles que eso.
Abusan de su pareja de todas las formas posibles, sabiendo que ella les quiere y que no hará nada al respecto.
Por desgracia, lo aprendí por las malas, pero al menos lo aprendí. Ahora, no confío en ningún chico hasta que me demuestre que me quiere de verdad con sus acciones.
El desamor no es la experiencia más dolorosa
Si eres como yo, probablemente pienses que no hay mayor dolor que el desamor.
Pero después de vivir un poco más, verás que hay cosas como perder a tus familiares y amigos, y eso puede doler más que un corazón roto.
Porque una vez que te rompen el corazón, puedes recuperarte de eso, pero cuando pierdes a un familiar, ya no puedes traerlo de vuelta a tu vida.
Soy hermosa tal como soy
Todos tenemos algunas imperfecciones que nos gustaría cambiar, pero lo más importante es aceptarse tal y como uno es.
Yo pensaba que mi ex me dejó porque encontró a alguien más guapa que yo, pero al final, me di cuenta de que no éramos compatibles y él lo vio primero.
Se dio cuenta de que nunca lo lograríamos y se marchó. Y no estoy enfadada porque me dejara, pero sí por la forma en que lo hizo.
Cuando pasas tanto tiempo con alguien, al menos puedes venir con un corazón sincero y decirle que ya no queda nada por lo que luchar.
Aprendí a quedarme siempre con mis amigos
El peor error que cometí cuando estaba comprometida en una relación amorosa fue que descuidé totalmente a mis amigos cuando conocí a mi pareja.
Pasaba todo el tiempo con él y no tenía tanto contacto con ellos.
Mi ex era tan buen manipulador y me convenció de que no necesito a nadie más que a él en mi vida.
Y como estaba locamente enamorada de él, me limitaba a seguirle en todo lo que decía. Perdí a mis amigos una vez en mi vida, pero nunca volveré a hacerlo por un novio.
Si es el adecuado, se dará cuenta de que formaban parte de mi vida incluso antes de que él entrara en ella.
A veces es mejor estar soltero
Cuando estaba en una relación amorosa, me sentía como en las nubes y cada vez que me dejaban, intentaba con todas mis fuerzas reconciliarme con mi ex.
No me había dado cuenta de que a veces es mejor estar solo que mal acompañado.
Tenía tanto miedo de estar soltera toda mi vida que Me conformé con menos de lo que merecía. No quería ser la única chica sin novio y sólo de pensarlo me sentía desgraciada.
Pero al final, me di cuenta de que no todas las personas son mi pareja y que debo tener mucho cuidado a la hora de elegir a la persona con la que compartiré todos mis secretos.
Aprendí que siempre debo confiar en mi instinto
Mientras mantenía una relación con mi ex, sentía que algo no iba bien, pero no le presté atención.
Pensaba que mi mente se había vuelto loca y que me imaginaba cosas que nunca habían sucedido.
Estaba tan ciega para ver que me había estado engañando todo ese tiempo y que hizo tantas cosas malas para herirme.
En ese momento, me di cuenta de que tenía razón cuando sentía que algo no iba bien.
Y desde ese día, siempre confío en mi voz interior y me pienso dos veces las cosas que voy a decir o hacer.
Lo creas o no, el tiempo lo cura todo
Cuando me rompieron el corazón, pensé que ese sentimiento nunca pasaría. Pensé que siempre sería una chica triste y miserable, pero día a día, me volví mejor y mejor.
Me di cuenta de que si renunciaba a mi vida, nadie podría salvarme, así que empecé a luchar por mí misma. Había días en los que me sentía bien. Luego había días en los que estaba deprimida.
Pero en cada uno de esos días, hacía todo lo posible por superarlo. Y lo conseguí. Cuando menos lo esperaba, conocí a un chico que era todo lo que le pedía a Dios que me diera.
Y en ese momento, por fin me di cuenta de que mi felicidad estaba en mis manos todo el tiempo.
Me di cuenta de que se necesita tiempo para las cosas buenas y acepté cada problema como una bendición que me hará más fuerte, que me convertirá en la mejor versión de mí misma.