Silencia las voces de tu cabeza. Ignóralas por completo. Nada cambiará si dejas que te alteren. Sabes que no llegarás a ninguna parte si te rindes.
Eres consciente de ello, así que deja de asustarte y escucha tu lado realista.
Sólo estás empeorando las cosas... para ti... y para todos los que te rodean.
Siento que tengo que decirte algo... algo de lo que probablemente no seas consciente. Y es importante que lo sepas.
La ansiedad se manifiesta de distintas maneras. Cada persona experimenta ansiedad en algún nivel varias veces a lo largo de su vida.
Algunos viven con ello mucho más fácilmente que otros, pero la vida casi nunca es justa, así que no te molestes en intentar averiguar por qué es así y por qué tú no eres una de esas personas.
Te han dado la carta de la ansiedad, así que vive con ella y deja de preguntar: "¿Por qué yo?" La respuesta nunca llegará. Sigamos adelante.
Lo creas o no, tu enfermedad tiene un lado positivo, sólo si decides verlo. En realidad, la ansiedad no es algo malo.
Sí, lo he dicho y ahora escuche por qué.
La ansiedad no es algo malo una vez que se aprende a controlarla. De hecho, la ansiedad no es más que una respuesta rápida de un cerebro sano cuando estás en peligro.
Tu cerebro intenta encontrar la mejor solución posible para el problema que tiene entre manos. Estás experimentando pensamientos y movimientos instintivos diseñados para salvarte de meterte en problemas.
En otras palabras, siempre estás preparado para afrontar lo que se te presente, lo sepas o no.
¿Es tan terrible estar preparado para lo peor?
Bueno, lo es cuando te está arruinando la vida, cuando no tienes poder para refrenar tus pensamientos. Es cuando dejas que tu ansiedad tome el timón y sea tu jefa.
Entonces pierdes todo el control y ese modo de supervivencia que tienes de forma natural se convierte rápidamente en pánico, lo que te lleva al fracaso.
Por favor, lee esto cada vez que te sientas prisionero en tu propia mente...
Has superado otro día.
Has dormido toda la noche aunque te has despertado varias veces cubierto de sudor. Estuviste en un lugar entre el sueño y la realidad durante toda la noche.
Esa sensación de inquietud te molestaba como si te hubieras olvidado de hacer algo o como si algo malo fuera a ocurrir pero no supieras cuándo ni cómo.
Lo único que tu cerebro te decía era que tenías que estar alerta. Sobreviviste esa noche y te despertaste para vivir otro día.
Tienes miedo de no hacerlo lo mejor posible. Temes fracasar estrepitosamente y volver a fracasar mañana.
Pero luego, te vas a dormir y te despiertas a la mañana siguiente... sabiendo que has sobrevivido a otro día.
Tienes miedo a fracasar y eso está más que bien.
Tu mayor error es buscar la perfección cuando es imposible. No necesitas ser perfecto y no puedes serlo, al menos no para todo el mundo.
Por eso quiero que leas este texto cada vez que este sentimiento te abrume. No tiene sentido que te castigues cada vez que fallas. Fracasarás y no eres el único.
¿No entiendes que necesitas fracasar si quieres aprender de ello y ser más listo y mejor la próxima vez? No dejes que te desanime. Siempre puedes intentarlo una vez más.
Estás destinado a tener defectos, como cualquier otra persona de este mundo. La única diferencia entre tú y los que no se preocupan por la perfección es que ellos entienden que es imposible alcanzarla y sólo les presiona, mientras que tú sigues obsesionado.
Deja de disculparte cuando no sea necesario.
Todo está pasando en tu cabeza. De la nada, creas un escenario que es cualquier cosa menos la verdad. Te convences de que el resultado es culpa tuya.
¿Y qué si cometiste un error? Nadie va a juzgarte únicamente por eso. Todos somos humanos, todos tenemos defectos y todos cometemos errores.
Basta ya de sobreanalizar cada pequeña cosa que haces. Basta ya de disculparte por cosas de las que ni siquiera eres culpable. Eso es solo tu ansiedad jugándote una mala pasada.
Deja de pensar demasiado... te está matando. Te mereces tu propio amor y comprensión.
No está solo.
Aunque lo sientas a menudo. Todo el mundo se enfrenta a algo. Todos tenemos problemas y asuntos enterrados muy dentro, de los que no nos gusta hablar.
Ni por un segundo empieces a pensar que estás sola en todo este lío. Simplemente estás luchando como el resto de nosotros y eres increíble y digno de admiración por todo ello.
La única forma de que gane tu ansiedad es si permites que sea tu jefa. Así que sigue luchando y nunca dejes que gane. Sé el único gobernante de tu vida.