Querido tú,
Quizás no tengas un nombre en este texto, pero si te encuentras entre esos chicas que no pueden dejar de culparse a sí mismas por todos los males que pasó en su vida, entonces esta carta es para ti.
Y tienes que leerlo. Necesitas leerlo porque hay algunas cosas que necesito decirte ya que obviamente no estás dispuesto a aceptarlas por ti mismo.
¿Sigues despierto y te preguntas qué es lo que haces mal? ¿Qué es lo que haces para que los demás te hagan daño o se alejen de ti como si no significaras nada para ellos?
¿Por qué no puedes hacer que se queden? ¿Todavía te preguntas cómo es que de todas las personas que hay en tu vida, tú eres la única que nunca es lo suficientemente buena?
Necesito que dejes de hacerte esto. Necesito que dejes de ser tan mala contigo misma y necesito que dejes de culparte por todo lo que has pasado.
La vida está llena de altibajos y la mierda le pasa a todo el mundo, pero lo que te determina es cómo te enfrentas a ella. Y hablando con franqueza, deberías dejar de castigarte por las cosas que no pudiste ni puedes cambiar.
No es cierto que podrías haber hecho las cosas de otra manera. No es cierto que podrías haber sido mejor persona o que deberías haberte sacrificado más.
Ya diste lo mejor de ti a los demás y ellos lo dieron por sentado. Usaron tu amabilidad cuando lo necesitaban y una vez curados, te dejaban.
Pero irse es algo que corre por sus venas y nada de lo que hicieras iba a hacer que se quedaran. No entraron en tu vida para quedarse para siempre; vinieron porque Dios los envió para darte una lección.
Es hora de que entiendas cuál fue esa lección.
Vale, los amigos que deberían haberse quedado se fueron. El chico que debería haberte visto y debería haberse quedado, no lo hizo. Alguien te dijo que no eres lo suficientemente buena.
No puedes alcanzar las expectativas que otros tienen puestas en ti. ¿Y qué? Nada de esto significa que te pase algo malo. Es sólo que has tenido la mala suerte de conocer a demasiadas personas tóxicas en tu vida.
Pero a ti no te pasa nada. Y tienes que meterte esto en la cabeza de una vez para siempre.
Rezo para que dejes de pensar demasiado, de repetir situaciones fallidas, de alimentar la duda y de ver lo bueno en todo el mundo menos en ti mismo. Te mereces más.
Deja de culparte y de evocar viejos recuerdos dolorosos. Deja de castigarte por las cosas que ocurrieron en el pasado.
Deja de culparte por las cosas de las que no eres culpable. Y lo más importante, deja de destrozar tu autoestima.
Vales mucho más de lo que crees. Y eres mejor de lo que te permites creer. Y la vida es mucho más de lo que puedes imaginar.
Siento que te hayan herido. Siento que te hayan destrozado. Pero no sacaron lo mejor de ti. Tenlo en cuenta. Nadie te robó tu brillo.
Nadie te arrebató tu futuro. Y nadie te birló la bondad de tu personalidad. Aún eres capaz de hacer cosas brillantes en el futuro.
Aún tienes tiempo en este mundo para ser la persona que siempre quisiste ser, pero ya es hora de que empieces a construirte a ti mismo. También es hora de que dejes de castigarte.
Perdona a las personas que te han hecho daño por hacerlo. Y luego sácalos de tu vida para siempre. Agradéceles las lecciones que te enseñaron y recuérdalas para siempre.
Pero no dejes que te persigan para siempre. Que sea algo que te construya y te haga más fuerte, no algo que te destruya.
No permitas que todo esto se convierta en algo que te quite el sueño por las noches o que eche por tierra tu buen humor cada vez que lo recuerdas.
Ahora es el momento de convertirte en el dueño de tu vida. Ahora es el momento de dejar de dar tanto poder sobre ti mismo a las personas equivocadas.
Ahora es el momento de demostrarles, al mundo y a ti mismo, de qué estás hecho.
Sé fuerte y perdónate. Sé fuerte y sigue adelante. Es hora de que vuelvas a ser feliz.
Dale las gracias a tu corazón por soportar tanto dolor y seguir latiendo. Y prométele a tu corazón que nunca volverá a pasar por el mismo infierno.
Acepta que no puedes controlar lo que ocurre en tu vida, pero sí cómo te afecta. Acepta que no puedes controlar cómo te trata la gente, pero puedes determinar el lugar que ocupan en tu vida en función de cómo te tratan.
Y recuerda siempre que nunca serás lo bastante bueno para las personas equivocadas, pero serás más que suficiente para las correctas.
Yo también lo aprendí por las malas,
La chica que ya ha estado allí.