Sabías que siempre he sido un poco celoso. No es algo de lo que me enorgullezca, pero así he sido siempre.
Cuando estábamos juntos, mi mayor miedo no era que me dejaras, sino que encontraras a otra. Nunca pude imaginarte con nadie más que conmigo.
Y pensé que nunca sobreviviría viéndote con otra mujer.
Cuando rompimos por última vez, te dije que esperaba que nunca encontraras a una mujer que te quisiera.
Y lo admito, estaba enfadado, dolido y decepcionado cuando te dije esas palabras.
Y esperaba, por miedo y celos, que nunca llegara una mujer que te amara como yo te amaba.
Pero ahora soy muy consciente de que llegará un día en que encontrarás a alguien. Alguien que te ame como yo te amé, incluso cuando no seas digno de amor.
Alguien que te amará en lo mejor y en lo peor, pase lo que pase.
Y aunque esto pueda chocarte, no tendré celos de esa mujer. No la odiaré y no me asusta la idea de que exista algún día.
Me da pena.
Lo siento por esa mujer, sea quien sea, porque te conozco mejor que nadie. Sé que nunca cambiarás.
Y no me cabe duda de que harás de su vida un infierno.
Al principio, estará encantada contigo. Pensará que todos sus sueños por fin se hacen realidad.
Pensará que ha encontrado a su alma gemela, que ha encontrado su verdadera felicidad.
Sabrás exactamente qué decirle y cómo comportarte para conquistarla. Le dirás todo lo que quiere oír para conquistarla.
Te presentarás como un tipo leal, fiable y digno de confianza.
Y antes de que se dé cuenta, se enamorará de ti. Ella no sabrá que ella ama a un hombre roto .
No sabrá qué la golpeó, pero no podrá controlarse a tu lado. Pensará en ti como el chico perfecto que tiene todo lo que ella ha estado buscando todo el tiempo.
Y en el momento en que sientas eso, en el momento en que sientas que la tienes, cambiarás. O al menos, ella pensará que has cambiado.
Pero en realidad, sólo le estarás mostrando tu verdadero yo.
No ocurrirá de la noche a la mañana, pero desde el momento en que veas cuánto te quiere, todo será diferente.
De repente, no habrá un mensaje de buenos días esperándola. Dejarás de llamarla para saber cómo le ha ido el día.
De repente, estarás demasiado ocupado para verla y todos sus problemas pasarán a ser irrelevantes.
Al principio, ella será tu prioridad. Dejarás todo y a todos esperando sólo para poder ir a verla cuando te necesite.
Pero en cuanto se acostumbre, lo verás y cambiarás.
De repente, estará al final de tu lista de prioridades y todos y todo será más importante que ella.
De repente, sentirá que tiene que mendigar tu atención y tu amor.
Cuando se dé cuenta, será demasiado tarde.
Ya te querrá e intentará por todos los medios que vuelvas a las andadas.
Se preguntará si hizo algo para que te pusieras así.
Y se culpará por cada pequeña pelea, por cada vez que mires a otra chica, por cada vez que la dejes colgada.
Perderá la confianza en sí misma y empezará a pensar que no es suficiente para ti.
Pero poco sabrá ella que este es en realidad tu verdadero rostro.
Poco sabrá ella que usted estuvo fingiendo ser alguien que no era todo el tiempo, hasta que vio que la tenía.
Y fue entonces cuando empezaste aprovechándose de ella Fue entonces cuando empezaste a utilizarla de todas las formas posibles y cuando empezaste a dar por sentado su amor.
Fue entonces cuando dejaste de esforzarte.
Poco sabrá ella que nunca la amarás de la forma en que toda mujer merece ser amada.
Cuando te conozca, nunca imaginará el monstruo que eres en realidad.
No sabrá que nunca la respetarás y que no apreciarás todos los sacrificios que hará.
No sabrá que harás de su vida un infierno y que deseará no haberte conocido.
Lo sé, porque yo solía ser ella. Y por eso no estoy celosa de ella.-Lo siento por ella.