A veces desearía haber nacido en tiempos mucho más sencillos. Ojalá hubiera nacido cuando las citas eran más sencillas, cuando la vida era más simple.
No me malinterpreten, no hay nada malo en cómo vivimos hoy en día. Todo tiene su lado malo y su lado bueno, pero de alguna manera creo que el malo ha empezado a prevalecer.
Somos una generación que se ha criado con teléfonos y redes sociales, pero a mí me gusta imaginar qué habría pasado si no hubiera tenido ninguna de esas cosas.
¿Sería la vida más sencilla? ¿Serían más sencillas las citas?
Quizá ahora sea más fácil porque tienes todo lo que puedas imaginar. Todo está disponible. Pero quizá por eso no lo apreciamos.
Porque está demasiado disponible. Basta con mirar Tinder, mirar Snapchat. Estás a un solo clic de una fecha.
Antes, la gente no podía permitirse ese lujo. Había que salir, hablar con la gente para conocerla.
¿Y sabes qué? Quizá sea un proceso que dure y haya merecido la pena.
Y yo quiero eso. Quiero ese tipo de amor vintage.
Quiero el amor que es suave e inocente. La que me recorre las venas y me hace temblar.
Quiero el amor que nunca se detiene. Aunque uno de los dos muera, quiero el amor que sigue viviendo.
Quiero el amor que recordaré. El amor que hace que mi corazón lata cada vez que lo veo, incluso después de estar juntos durante veinte años.
Quiero el amor que llega a la puerta de mi casa. Quiero un hombre que venga a mi puerta y me recoja como la dama que soy.
No quiero que me mande un mensaje diciéndome que me está esperando. No quiero que pite desde su coche.
Quiero que sea respetuoso y me trate como merezco. Que me trate como a una mujer y no como a una niña tonta.
Quiero el amor que me cocina una comida casera. Los hombres son grandes chefs cuando quieren. ¿Adónde ha ido a parar eso? ¿Por qué de repente es vergonzoso para un hombre cocinar?
Aunque no sea el mejor chef del mundo, lo que importa es el esfuerzo. Quiero que haga un esfuerzo extra por mí. Quiero que me sorprenda siendo lo más sencillo posible, es decir, con una comida casera.
Quiero el amor que es simple. No necesito regalos caros ni grandes gestos. No necesito que me mimen. Solo necesito que me quieran, de verdad y para siempre.
Quiero tener a alguien a mi lado hasta el final y no necesito nada más.
Quiero el amor que me hace recordar cada día por qué lo amo. El tipo de amor por el que merece la pena esperar. El amor que nunca se desvanece, ni con el tiempo ni con la distancia.
Quiero el tipo de amor que brilla más en sus días más oscuros.
Quiero el amor que me corteja. Quiero un hombre que prefiera mirarme a los ojos que quedarse mirando la pantalla de su teléfono.
Quiero a alguien que me enamore y no que cuente cuántos "me gusta" tiene en su foto.
Quiero que esté orgulloso de mí, que me coja de la mano cuando vayamos por la calle. Alguien que me bese sin girar la cabeza para ver si hay alguien ahí fuera que pueda verle con una chica.
Quiero el amor que me escriba carta de amor. Tal vez sea cursi, pero no me importa. Quiero que alguien se tome la molestia de intentar armar lo que siente por mí.
No quiero que lo escriba a máquina ni que me lo envíe por correo electrónico. Quiero que escriba a mano.
Quiero que ponga su corazón y su alma en ello. Quiero un amor a la antigua.
Quiero el amor que nunca se desvanece. Quiero el amor que nunca se separa. Quiero el amor que no se horrorice con mis arrugas cuando envejezca.
Quiero el amor que me vea siempre con los mismos ojos enamorados. Como desde el primer día que nos conocimos.
Quiero un amor que sea real. Un amor que sea auténtico. Un amor que dure.
Estoy harto de las citas rápidas y modernas. Estoy harto de los rollos de una noche.
Quiero ese amor vintage que no necesita ninguna mierda material para ser bello y eterno.