Cuando estás enamorada, ese sentimiento te consume y es lo único en lo que puedes pensar. Incluso cuando no quieres, sueñas despierta con él.
El amor es algo curioso. Realmente no crees que lo necesites, pero cuando lo tienes.. consume cada fibra de tu ser, y no sabes cómo has podido estar sin él. Tu corazón necesita sentir el suyo para seguir latiendo. Es como el combustible que hace que todo tu cuerpo funcione correctamente.
Cuando has vivido sin amor durante tanto tiempo, en cierto modo te acostumbras, hasta el punto de sentir que puedes hacerlo por ti mismo. Estás perfectamente bien siendo tu propio combustible y encendiendo tu propia chispa. Hasta ese día.
Hasta el día en que conoces a esa persona especial que te hace cuestionarte cómo pudiste pensar en hacerlo en solitario. Ahora, parece inimaginable. Ahora, tienes le...y la idea de vivir sin él se siente como cuchillos...
Cuando no está cerca, anhelas su contacto. Incluso si acaba de irse, codicias su cercanía. Todo lo que quieres es que sus labios toquen los tuyos, y que su cuerpo se entrelace con el tuyo. Te gusta su olor más que nada, y cuando no está, te tumbas en su cama, sintiendo que está ahí y deseando que vuelva... La vida es tan buena que parece un sueño.
El universo por fin te ha concedido algo tan preciado, y cada día te sientes como en un cuento de hadas que revives cada mañana cuando te despiertas junto a su rostro. La idea de que se acabe te pone enfermo y te revuelve las tripas...
PERDERLO COMIENZA GRADUALMENTE.
Un día, todo parece perfecto... hasta que de repente, como el cambio de estación... una brisa gélida te recorre e indica un cambio inminente.
Cuando te despiertas ese día, todo parece normal a primera vista, pero entonces le miras. No sientes el calor instantáneo que desprende cuando vuestras miradas se cruzan, y no te besa como todas las mañanas.
Te sientes incómodo, pero te dices a ti mismo que son imaginaciones tuyas. Todo va bien.
Sientes que de repente hay un muro extraño entre vosotros y que él no te mira como suele hacerlo. Falta algo, pero no puedes (o no quieres) descubrirlo.
Lo descartas. Es sólo tu mente jugándote una mala pasada.
HAY UN VACÍO EN TU CORAZÓN.
Empiezas a sentirte vacío. Tu corazón siente que está perdiendo lo más importante que necesita para seguir latiendo.
Hagas lo que hagas, lo haces a medias. Ya no te sientes el protagonista de la historia de tu vida. Ya no sientes que tienes el control.
La mayor parte del tiempo estás al borde de las lágrimas. El vacío te sigue a todas partes y no puedes escapar de él. Te avergüenzas de lo mucho que anhelan su amor. Necesitas sentirte cerca de él pero parece que está que se escapa...
El proceso es muy lento. Tus heridas se hacen más profundas cada día que pasa, y el vacío de tu corazón empieza a doler físicamente.
SE ESTÁ ESCAPANDO.
Ahora, realmente puedes sentir la pérdida gradual de su amor. Él ya no está interesado en ti. Es casi palpable cuánto duele.
Los besos dulces y suaves cuando te ve se han ido. La búsqueda constante de tu mano se ha ido. El abrazo tierno que te deja tan lleno de amor y gratitud se ha ido. Cualquier signo de afecto que solía mostrar hacia usted se han ido y olvidado ...
Intentas tener amor por los dos. Intentas demostrarle afecto besando sus labios el doble de veces. Le coges la mano desesperadamente, esperando que su agarre sea lo bastante fuerte para demostrarte que aún le importas...
Estás haciendo todo lo que está en tu mano para hacerle ver lo desesperada que estás por que te toque.
TE SIENTES COMPLETAMENTE DESESPERADO.
Te estás machacando, preguntándote cómo podrías haber salvado esto. ¿Qué podrías haber hecho para no dejar que se te escapara por completo?
Sientes sin valor. Debe de haber algo mal en ti. ¿Cómo ha podido volverse tan distante y esquivo si lo único que has hecho ha sido entregarle tu corazón en bandeja de plata?
Las lágrimas caen por tu miserable rostro mientras intentas aceptar que ya no puedes hacer nada más. Por fin te das cuenta de que todo ha terminado y de que tu corazón no va a sentirse mejor en un futuro próximo.
El que creías que era tu para siempre ha ido desapareciendo poco a poco de tu vida, haciéndotela lo más difícil posible con cada sutil golpe.
LA IDEA DE VOLVER A ESTAR SOLTERO TE HACE ESTREMECER.
La idea de volver a pasar por todas esas citas de Tinder te asusta. Tener que abrir a alguien de nuevo, después de que se te haya escapado tu gran amor hace tan poco parece insoportable...
De repente, vuelves al mundo de la soltería. En lugar de que él te espere bajo una manta en el sofá cada noche, llegas a casa y te encuentras con un apartamento vacío. No concibes volver a estar sola después de haber experimentado un amor tan profundo.
Vuelves a tu antigua vida. Tus viejas rutinas. Llamas a tus chicas. Te desahogas. Empiezas a darte cuenta de que, después de todo, hay esperanza para ti. Tienes personas en tu vida que van a hacer que este cambio repentino para ti sea lo más fácil posible.
No vas a estar bien pronto. Pero con el tiempo, y rodeado de tus seres queridos, empezarás a volver a ser el de antes.
Y cuando lo hagas, no te vas a dejar llevar por el pasado de lo que podría haber sido. No. Vas a estar agradecido por la hermosa historia de amor que tuviste, pero que tuvo que llegar a su fin.
Sabes que si fuera el indicado para ti, nunca se te habría escapado tan fácilmente.
Así que sigue viviendo. Sigue trabajando en ti mismo, y déjate abrir a la posibilidad de un nuevo amor. Todo puede suceder cuando tienes un poco de fe en ti mismo. Y cuando menos te lo esperes, sucederá algo hermoso.
Te mereces esa gran historia de amor que no tiene final a la vista. Ten paciencia y déjate curar. Suelen ocurrir cosas increíbles cuando menos preparado estás para ellas. No todos los amores van a doler tanto.
Permítete volver a ser feliz y abre tu corazón a cosas nuevas. Cuando creas, pueden ocurrir cosas mágicas.