Alguien dijo una vez que si un hombre te quiere, vendrá a buscarte.
Es la pura verdad: si él quiere que estés en su vida, te pondrá allí. No deberías tener que luchar por el puesto.
No debes perseguirle ni lanzarte delante de él sólo para estar con él. No te humilles por alguien que no te ve.
Si necesitas preguntarle "¿Y qué somos?" o si eres la única interesada en poner una etiqueta a su relaciónentonces probablemente no seas nada serio a sus ojos.
Si tienes que preguntarte hacia dónde va tu relación, probablemente no vaya a ninguna parte. ¿Y sabes por qué? Los hombres siempre van a por lo que realmente quieren.
Si este no es tu caso, entonces no eres lo que él realmente quiere.
Las mujeres son criaturas magníficas que pueden hacer lo que se propongan.
Pueden dejarlo todo aunque sientan un amor inmenso, pueden sonreír aunque se estén muriendo por dentro y pueden alejarse aunque su corazón les diga que se queden.
Sé una de esas mujeres fuertes y no persigas nunca a un hombre. Sea el premio que todos persiguen pero que sólo uno puede ganar.
Cuando un hombre no ve tu valía, por mucho que quieras estar con él o por muy bueno que creas que es, no le ruegues que se fije en ti.
No le persigas, no intentes demostrarle nada, no hagas lo imposible por demostrarle que debe hacerte un hueco en su vida y que mereces su tiempo y su amor.
Estarás perdiendo el tiempo y esforzándote demasiado en algo que no está destinado a ser.
En lugar de eso, míralo como una plegaria que nunca fue concedida porque el destino tiene algo mejor en camino.
Suele ocurrir así cuando no consigues lo que quieres; es porque te mereces mucho más de lo que pides.
Te mereces un hombre a cuyos ojos serás la única.
Un hombre que te mirará con la más profunda admiración, un hombre cuyo rostro se iluminará en cuanto entres en la habitación.
Te mereces un hombre que no mirará a otras mujeres porque ya sabe que le ha tocado la lotería contigo.
Te mereces un hombre que te haga un hueco en su vida por sí mismo.
Un hombre que te verá como el mayor regalo que podría recibir en su vida y un hombre que dará gracias a Dios cada noche por haberte enviado a su camino.
Te mereces un hombre que te quiera a su lado, al que no tengas que perseguir, sino un hombre que te acoja de buen grado en todos los aspectos de su vida porque te quiere allí.
Te mereces un hombre que tenga su futuro planeado contigo.
Un hombre que te mostrará a qué atenerte con él y un hombre que nunca te hará cuestionar lo que sois porque será él quien pida poner una etiqueta a vuestra relación.
Te mereces un hombre que no sólo planifique su futuro contigo, sino que también trabaje en él.
Te mereces un hombre que quiera pasar tiempo contigo. Un hombre que te mande un mensaje primero, que no haga espera su respuesta durante horas y que llamará sólo para oír tu voz.
Te mereces un hombre que planifique citas contigo, un hombre que se asegure de que siempre tiene tiempo para ti por muy ocupada que esté su agenda.
No te mereces un hombre al que tengas que suplicar un minuto de su tiempo, porque el hombre adecuado estará más que encantado de dedicarte sus horas, días, meses y años.
Te mereces un hombre que te quiera. Que te quiera toda. Te mereces un hombre con el que no tengas que luchar a brazo partido para que se fije en ti.
A quien no necesitas demostrarle nada, y mucho menos tu valía porque un hombre de verdad te aceptará tal y como eres si le gustas. Para un hombre de verdad, serás digna con todos tus defectos y tus imperfecciones.
Sepa que si un hombre la ama, no necesitará perseguirlo.
Te verá perfecta tal y como eres y querrá estar contigo. Te hará un hueco en su vida y no te hará cuestionarte nunca lo que sois los dos.
Nunca te conformes con menos y nunca persigas a un hombre.
Si tienes que perseguirle, no es para ti. Déjalo ir porque alguien mejor se dirige hacia ti.