Pensé mucho en lo que me dijiste. Para resumirlo, lo tomé como que básicamente piensas que apesto, y que he sido un amigo de mierda para ti. Por eso lo siento. En realidad no me di cuenta de que te sentías así.
Es curioso, porque quizá nunca hubiera sabido cómo te sentías de verdad si no te hubiera contado una cosa en particular que hiciste para disgustarme. Me pareció grosero y me ofendió. Así soy yo en general: si pasa algo y no me gusta, lo afronto directamente en el momento en que ocurre y sigo adelante. Tu respuesta fue una especie de destripamiento de mi carácter. Me describiste como nunca me había imaginado y, sinceramente, me sorprendió la rapidez con la que lo hiciste, como si hubieras estado guardándotelo durante un tiempo, dejando que se pudriera y sin decírmelo hasta que acudí a ti con este problema concreto y por fin tuviste la oportunidad de decirme cómo te sentías realmente.
Ahora, lo entiendo. Es fácil ponerse a la defensiva. Es fácil echar la culpa o fingir inocencia, especialmente cuando sabes exactamente lo que hiciste, y que estuvo mal. En lugar de aceptarlo, justificas que merecía que me trataras así.
Es mucho más fácil devolverme la responsabilidad que aceptar que tus acciones, o la falta de ellas, me han hecho daño. Es mucho más fácil estar enfadado conmigo que enfrentarte a tu propia conciencia culpable. Así que, en lugar de fijarte en la única cosa que hiciste que me hizo daño, te fijas en todas las cosas que yo he hecho que te han hecho daño. Las cuentas, echas cuentas, y llegas a la conclusión natural y aparentemente obvia de que soy peor amigo que tú; por lo tanto, no tengo derecho a enfadarme por esta única cosa que hiciste basándote en todas las cosas terribles que he hecho.
Después de pensarlo detenidamente, tiene razón. No debo ser un buen amigo para ti. Pensé en defenderme un poco, señalándote algunas de las formas en las que no he sido totalmente pésimo contigo... pero realmente... si no puedes verlas, entonces obviamente no son tan increíbles. Pensaba que me había esforzado en esta relación, pero en última instancia, si crees que no lo he hecho, es tu percepción y tienes derecho a ella.
¿Dónde nos deja esto? Tengo que ser realista. Realmente no creo que pueda ser mejor para ti de lo que he sido, y como eso claramente es inadecuado para ti, quizá estés mejor sin mí en tu vida ahora mismo. Y de verdad, he perdido algo de entusiasmo por intentar arreglar una relación con alguien que piensa tan mal de mí. Al igual que tú no quieres sentirte mal por esa cosa que hiciste y que dije que no me gustaba, yo no quiero sentirme mal por todas las cosas que te he hecho y que no sabía que te molestaban hasta hace cinco minutos. No quiero demostrar que te equivocas conmigo, y yo, de verdad, no tengo energía para ser mejor.
He estado pensando mucho en qué tipo de amiga quiero ser, y quiero ser una buena amiga. Parece que te he fallado en eso y, de nuevo, Lo siento mucho.Pero en este punto, creo que si dejo de poner tanta energía en estas relaciones que llevan la cuenta, puedo ser mejor en las que no. De hecho he tenido tal embestida de esto recientemente que cuando conté, me di cuenta de que hay al menos seis personas con las que solía hablar casi a diario con las que ya no hablo en absoluto.
Esta constatación también me hizo preguntarme... ¿soy yo? Los amigos que me quedan insisten en que estoy bien para ellos. ¿Así que quizá la basura de uno sea el oro de otro? No soy para todo el mundo y lo entiendo.
No me atreveré a sugerir que no me importa. Me importa. Me importa mucho. Tanto que creo que está reforzando este depresión en la que estoy. Pero necesito más tiempo para centrarme en mí misma, en mi marido y en los muchos menos amigos que tengo y que están a mi lado en esta fase de mierda que estoy atravesando.
Creo que en este punto ambos estamos de acuerdo en que yo no era lo que necesitabas cuando lo necesitabas. Espero que las personas que tienes en tu vida puedan hacer algo mejor por ti, y que yo pueda hacer algo mejor por los que están en la mía. Te deseo todo lo mejor, y quizá podamos volver a conectar algún día con expectativas diferentes.