Casi sales con alguien. Casi fuiste la chica elegida. Tenías novio, al menos casi lo tenías. Había algo, pero no estás segura de cómo llamarlo.
No había etiquetas. No se hacían promesas en voz alta, sólo esas promesas silenciosas que se podían leer en el comportamiento del otro.
Pero al final, todo lo que pueden llamarse es "casi" juntos porque en realidad no ha pasado nada.
Pensaste que te estabas tomando las cosas con calma. Parecía que ninguno de los dos quería precipitarse y que a los dos les gustaba pasar tiempo juntos. Al menos eso parecía.
Pero entre tomarte las cosas con calma y admitir realmente tus sentimientos, te quedaste atrapado en esa zona gris que no eras capaz de atravesar.
Y eso es todo lo que te quedaba: congelado en el tiempo con tantas posibilidades pero ninguna de ellas sucediendo.
Esperabas que tu casi se convirtiera en algo real. Esperabas poder ponerte delante de tus amigos y presentaros como algo más que amigos: como personas que están saliendo.
Esperabas poder contar a tu familia que estáis juntos y poder mostrar públicamente vuestra relación.
Que podréis cambiar vuestra foto de perfil, que guardaréis los números de los demás con vuestros simpáticos apodos en lugar de sólo con los nombres, pero no ha sido así.
En realidad no pasó nada. Y lo único que quedaba era la esperanza de que las cosas cambiaran con el tiempo.
Pero por mucho que esperaras, de algún modo te quedabas atascado y no te movías de ningún sitio. Por mucho que nadaras, corrieras o caminaras, no te movías del mismo sitio.
Todo lo que quedaba eran esas preguntas del tipo "y si...": Qué pasaría si dijeras lo que sientes, qué pasaría si alguien diera realmente el primer paso, qué pasaría si pidieras una etiqueta, qué pasaría si tomaras las riendas, qué pasaría si no tuvieras miedo, qué pasaría si fueras más valiente, qué pasaría si y si... qué pasaría si ocurriera, ¿serías capaz de ser feliz?
¿Se harían realidad todos tus sueños? ¿Sería todo lo que siempre has deseado?
Aunque no fuera una relación real, sigue doliendo. Sigue siendo una experiencia dolorosa y las secuelas de una relación casi te persiguen incluso más que las secuelas de una relación fallida.
Porque hay tantas posibilidades que no han cobrado vida, hay tantas esperanzas que se congelaron en el tiempo, hay tantos sueños que nunca verán la luz del día, hay tantas cosas que deberían haber sido, pero no sucedieron.
Aunque no fuera una relación real, te sigue atormentando. Todavía te destroza el corazón. Y la melancolía sigue siendo tu mejor amiga.
Porque puede que no fuera una relación real, pero los sentimientos eran muy reales. Y el dolor está muy vivo.
Y, al final de la historia, una vez que negarse a llegar a un acuerdo por algo que está en el aire y no existe, no puedes evitar preguntarte por qué no puedes ser suficiente.
¿Qué te pasa y cómo es posible que no puedas ser elegido?
No puedes escapar de esa sensación de que ha sido algo que has hecho tú, de que ha tenido que ser un gran error que has cometido lo que te ha impedido ser elegido y conseguir el amor que mereces.
E, incluso cuando sabes lo que vales, incluso cuando sabes que eres más que suficiente, no puedes escapar de todas esas preguntas que llegan en oleadas cuando cierras los ojos.
No puedes deshacerte del sentimiento de que estáis hechos el uno para el otro. No puedes aceptar que no esté sucediendo cuando tenías todas las señales de que sucedería.
Y no puedes deshacerte de esta sensación de que siempre serás un plan de respaldo. Que nunca tendrás tu propia historia de amor, que nunca tendrás el amor que mereces.
Que siempre serás sólo una casi elección y que siempre estarás atrapado en una casi relación.
Y acabas decepcionado de todo: de la vida, de la gente, de las relaciones futuras. Acabas destrozado por algo que ni siquiera sabes cómo nombrar.
Acabas preguntándote si alguna vez te amarán como una persona merece ser amada. Si alguna vez te elegirán o si alguna vez serás algo más que una opción o una posibilidad que en realidad nunca cobró vida.
Y acabas preguntándote si serás tú quien gane alguna vez en la vida.
Bueno, déjame responderte a eso: si aprendiste algo de tu casi relaciónsi sabes que mereces algo más que ser sólo una opción, si te alejas de una "relación" que no va a ninguna parte, tú ganas.
Aunque las secuelas de una casi relación son desagradables, al menos te aseguraste de no quedarte atrapado en ella para siempre. Al menos le diste una oportunidad a tu futuro.
Al menos has hecho un hueco a alguien que estará más que dispuesto a darte todo lo que te mereces.