Si te sientes atrapado en una relación malsana, como si te hubieras perdido a ti mismo en algún momento y en algún lugar y hubieras cambiado para siempre por ello, lo más probable es que tu pareja sea emocionalmente abusiva y necesitas salir. Aunque no sepas muy bien qué te pasa, pero te sientes triste, irritable, cansado o abatido la mayor parte del tiempo, sobre todo cuando estás cerca de esa persona, liberarte de la situación en la que te encuentras podría suponer una gran diferencia.
Éstas son algunas señales de que estás en una relación emocionalmente tóxica:
Tu pareja te insulta.
Todos somos humanos. Todos cometemos errores. Sin embargo, deberíamos sentir que podemos hablar de los errores que hemos cometido con nuestra pareja sin preocuparnos de que sólo nos haga sentir peor por ellos. Relaciones sanas consisten en socios que se animan mutuamentesobre todo en los momentos difíciles. Si pierdes el trabajo, por ejemplo, tu pareja debe consolarte y ayudarte a sentirte seguro, no decirte que te lo dijo, que es lo mejor, o recordarte que, de todos modos, nunca te sentiste seguro en ese puesto.
Tu pareja te insulta delante de los demás.
Es difícil estar en una relación en la que tu pareja insiste en degradarte a puerta cerrada. Es especialmente difícil si este comportamiento degradante continúa, o incluso empeora, cuando estás con otras personas. Si vas a organizar una gran reunión, lo más probable es que te pongas nerviosa y compruebes tres veces que lo has planeado bien. No deberías tener que preocuparte de que tu pareja ponga los ojos en blanco y diga: "Ella siempre hace esto", si se te ha olvidado algo. Otra vez, tu compañero debería estar en tu equipo e intenta calmar tus nervios, no empeorar las cosas.
Nunca sientes que eres lo suficientemente bueno.
Por mucho que hagas, nunca sientes que puedas hacer lo suficiente para complacer a tu pareja. Incluso cuando estás segura de haber recordado todo lo que se espera de ti, él sigue menospreciándote. Demasiado a menudo, tu pareja te hace sentir insignificante. Al principio, puede ser instintivo intentar superar estas expectativas en un intento casi inconsciente de recibir algún tipo de refuerzo positivo. Pero, muy pronto, después de que tu ego se desinfle una y otra vez, es habitual empezar a creer que es mejor mantenerse totalmente al margen de tu pareja que intentar ser todo lo que está buscando.
Te sientes totalmente desatendido.
Al principio de la relación, puede que sintieras que tu opinión importaba y que tu pareja se tomaba a pecho todo lo que tenías que decir. En otras palabras, usted tenía la misma voz en la relación y... se te permitía tener una opinión diferente a la suya. Si no te gustaba algo de lo que hacía, podías expresar tu descontento y el comportamiento cesaba. Ahora, el hecho de que seas un individuo ya no parece importarle en absoluto. Cada vez que expresas una opinión diferente a la suya, es como si le entrara por un oído y le saliera por el otro y sigue como si no hubieras dicho nada. Si desapruebas algo que está sucediendo o algo que tu pareja está haciendo y lo verbalizas, el comportamiento continúa. Puede que se encoja de hombros y simplemente te diga que te vayas si no te gusta. Es a su manera o en la carretera.
Sientes que tienes que esconderte.
Física, mental o emocionalmente. Sientes que ya no puedes decirle nada a tu pareja. No puedes hacer lo suficiente por él. Todo lo que dices o haces está mal, así que empiezas a aislarte y a retirarte. Deja de decirle cosas. Dejas de hacer cosas. Incluso dejas de venir a casa. Te sientes más cómoda cuando no está que cuando está contigo. Prefieres estar sola.
Dejas de hablar de la relación con los demás.
Como te sientes tan miserable por dentro, crees que no tienes nada bueno que decir al respecto. Y evitas hablar de tu relación de pareja. Esto es especialmente común si te sientes "atrapado" o incapaz de irte. Puede que hayas tomado la decisión de hundirte con un barco que se hunde. Puede ser porque tenéis hijos, porque no tenéis amigos o familiares cerca o porque no tenéis dinero para iros. Sea cual sea el caso, si te sientes estancado, puedes empezar a sentirte condenado a una vida de miseria con tu pareja. Cuando esto ocurre, a menudo, como mecanismo de defensa, evitamos hablar con nadie de lo que nos pasay incluso nos encogemos de hombros ante los comentarios de nuestros seres queridos de que nuestra relación no es sana, insistiendo en que todo va bien.
Ya nada importa.
Has perdido totalmente el interés por casi todo lo que antes te hacía feliz. No quieres hacer nada social. No quieres ver a tus amigos ni a tu familia, practicar los deportes que antes te gustaban, hacer ejercicio o ir a trabajar. Prefieres quedarte en la cama, estar solo, echarte una siesta.
Si tu relación te ha llevado a un punto en el que ya nada importa -estás aislado de tus seres queridos, has dejado de realizar actividades que antes eran importantes para ti, te sientes cansado, aburrido o incapaz de pensar con claridad todo el tiempo-... necesitas salir. Esta es una señal de que estás experimentando una depresión clínica. Las relaciones tóxicas pueden llevarnos fácilmente a este punto si se lo permitimos, y aunque pueda parecer que no tienes forma de salir de la depresión en la que te encuentras, sí la tienes.
¡Sal y busca ayuda! ¡La felicidad te espera al otro lado!