Desde que tienes uso de razón, piensas que el amor es algo muy sencillo: recibes lo que das.
Así que, básicamente, si alguien te quiere de verdad, te devolverá todo su amor.
Lo mismo ocurre con los novios, la familia, los amigos y todos los demás: si le das a alguien el cuidado y la atención que necesita, todo saldrá bien.
Sólo tienes que dar lo mejor de ti, tienes que demostrarles que estás dispuesto a hacer lo que haga falta para hacerles felices y que pueden contar contigo, pase lo que pase.
Si tratas a tu pareja como te gustaría que te trataran a ti, seguro que te corresponderá.
Hay que ser honesto, leal, fiel y estar dispuesto a comprometerse, y todo encajará tarde o temprano.
Verá todo lo que haces por él, apreciará todos tus sacrificios y comprenderá que eres la única digna de su amor.
Desde que tienes uso de razón, estás convencido de que tienes que lucha por el amor verdadero-que tienes que estar dispuesto a hacer lo que haga falta para mantenerlo vivo.
Te han dicho que tienes que superar muchos obstáculos y ganar numerosos retos para conseguir tu final feliz.
Pero pase lo que pase, tu final feliz acabará llegando, si te esfuerzas lo suficiente, ¿verdad?
Odio ser yo quien rompa tu burbuja, pero la verdad es que las cosas no siempre funcionan así.
La verdad es que a veces, por mucho que te entregues a un hombre, él simplemente no puede o no sabe corresponderte.
Al menos, no puede hacerlo como debería y como tú necesitas.
La verdad es que, a veces, se pueden mover montañas por una relación que, sencillamente, está condenada al fracaso.
Por una relación que no está destinada a ser y que nunca tendrá éxito, por mucho que lo desees.
No estoy diciendo que debas marcharte en cuanto las cosas se pongan feas o que debas abandonar a alguien que te importa mucho al primer inconveniente.
Sin embargo, a veces tienes que aceptar que tus luchas son en vano y que estás luchando contra molinos de viento.
No estoy diciendo que debas ser una zorra total sólo para que un chico que te interesa vaya a por ti.
No estoy diciendo que debas hacerte la dura o que mostrar tus verdaderas emociones esté mal.
Sin embargo, debes ser consciente de una cosa: por mucho amor que des, nunca será suficiente para el hombre equivocado.
Por mucho que lo intentes o te esfuerces, nunca podrás enseñar a un hombre tóxico a amar de verdad.
Nunca podrás hacer que se convierta en alguien que no es y no puedes obligarle a entregarte todo su corazón.
Lo más importante es que te des cuenta de que el hecho de que un gilipollas no pueda quererte no es culpa tuya.
No deberías malgastar tu energía en intentar averiguar por qué este hombre no te quiere, después de todo lo que has hecho para merecer su amor.
¿Por qué no puedes ser suficiente para que empiece a tratarte de otra manera y para que abra un lugar en su corazón para ti?
Así que en lugar de culparte a ti mismo, recuerda lo que vales.
Recuerda que no necesitas el amor de este hombre para ser feliz y recuerda que él se lo pierde, no tú.
Sí, todo esto es más fácil decirlo que hacerlo. Sé que es difícil y doloroso aceptar el hecho de que alguien a quien aprecias tan profundamente no le importas un bledo.
Sin embargo, a veces hay que mirar la verdad a los ojos y aceptarla, por dura que sea.
A veces, tienes que perder la esperanza y darte cuenta de que ya has hecho más que suficiente.
Date cuenta de que has hecho todo lo que estaba en tu mano y márchate, mientras aún conserves algo de dignidad y orgullo.
Sí, dolerá mucho. Pero a ti sanará. Y una vez que lo hagas, desearás haberlo hecho antes.
Una vez que sanes, entenderás que esta era la única manera de abrir tu corazón al hombre que TE AMARÁ de todas las maneras que mereces ser amada.
Para el hombre al que nunca tendrás que perseguir ni suplicar.
Para el hombre que nunca te hará cuestionar sus intenciones, ni dudar de sus sentimientos.
Para el hombre que está destinado a ser tuyo y que nunca te romperá el corazón.