La manipulación no es sana. A veces hay que aceptar que no todo puede salir como a uno le gusta.
Así que, si estás jugando y utilizando la manipulación para obligarle a hacer cosas, se hartará porque es una falta de respeto y le duele.
Tienes que tener en cuenta sus sentimientos y solucionar las cosas o llegar a un compromiso como dos adultos maduros.