¿Alguna vez has deseado tanto a alguien o algo, pero nunca has podido conseguirlo, por mucho que lo has intentado?
Te pasas noches y noches rezando a Dios para que haga un milagro y te haga feliz, pero en realidad no ocurre nada.
¿Se ha encontrado alguna vez en una situación en la que pensaba que toda su vida encajaría a la perfección si tan sólo se le concediera ese deseo y ese sueño se convirtiera en realidad?
Sin embargo, por mucho que le ruegues a Dios que lo haga, parece que se niega a escucharte.
Seguro que sí, porque, admitámoslo, todos tenemos objetivos que parecen inalcanzables y deseos que siempre fueron inalcanzables.
No importa si hablamos de ese chico que deseas desesperadamente, de un amigo perdido hace tiempo que te gustaría recuperar o de ese trabajo en el extranjero que no consigues.
La cuestión es siempre la misma: dar lo mejor de uno mismo, esforzarse al máximo y hacerlo todo según las normas.
Sin embargo, a pesar de todo, su deseo no se cumple.
En consecuencia, te enfadas, te frustras y te decepcionas.
Enfadado contigo mismo, enfadado con tu cruel destino e incluso enfadado con Dios.
Al fin y al cabo, te merecías todo lo que deseabas y has trabajado muy duro para conseguirlo.
Entonces, ¿por qué no pudo hacer realidad tu deseo?
¿Por qué no pudo darte lo que querías y por qué te castiga, cuando nunca hiciste nada malo?
¿Por qué tienes que pasar por todo este anhelo y dolor emocional, cuando todos tus problemas podrían desaparecer en un abrir y cerrar de ojos?
¿Por qué no puedes tener la vida perfecta que tanto deseas?
¿Por qué el hombre que amas tuve que dejarte...cuando tú eras claramente la elección correcta para él?
¿Por qué tuvo que irse con esa mujer que nunca lo amará como tú?
¿Por qué no pudiste conseguir ese ascenso, cuando en realidad eras tú quien más se lo merecía?
¿Por qué no pudiste ganarte ese dinero por el que te dejaste la piel?
¿Por qué no puedes tener la misma suerte que otras personas que no mueven un dedo pero que, de alguna manera, acaban recibiendo algún tipo de bendición?
¿Por qué tus plegarias tienen que quedar sin respuesta?
Sé que es difícil de entender, pero lo cierto es que no siempre sabes qué es lo mejor para ti, aunque creas que sí.
La verdad es que, a veces, Dios te está salvando de ti mismo, al no concederte todos tus deseos.
Que Él te está salvando de tomar pésimas decisiones, de dejarte llevar sólo por tus pasiones y de destruir tu vida.
No sólo eso...También te está salvando de algo mucho más grande y mejor, de alguien que te querrá más, de una carrera que te hará más feliz o de unos amigos que te apreciarán como te mereces.
Te está reservando para algo que aún no estás preparado para experimentar.
Y te está moldeando para que te conviertas en la persona que estás destinado a ser.
Verás, cuando le pides algo a Dios, sólo hay tres posibles respuestas que puedes obtener: sí; sí, pero más tarde y no, porque hay algo mejor esperándote.
Así que, por favor, deja de ver tus luchas como maldiciones y empieza a percibirlas como bendiciones.
Deja de ver tus oraciones no respondidas como cosas malas y empieza a percibirlas como La forma en que Dios te muestra su amorcomo su manera de protegerte y guardarte.
Sea agradecido por todas las puertas cerradaspor todas las personas que perdiste y por todas las oportunidades perdidas, porque todo ello ocurrió por una causa más profunda.
No olvides nunca que Dios siempre tiene un plan para ti.
Que Tiene un timing perfectoaunque no lo veas.
Así que, la próxima vez que te pierdas algo, recuerda que sucedió por tu bien y que no estaba destinado a suceder.
Nunca dudes de Sus decisiones porque créeme, Él sabe lo que es mejor para ti, incluso cuando tú no lo sabes y Él conoce el camino para hacerte feliz.
En cambio, ten suficiente fe y paciencia y te aseguro que todo saldrá exactamente como debe ser.