De todas las 8 señales de que fuiste criado por una madre tóxica, ésta es una de las más dolorosas. Luchas con baja autoestima y el perfeccionismo constante.
Ser duro contigo mismo se ha convertido en tu rutina diaria. Si tu madre alguna vez reconoció tu valía y te dio amor incondicional, sentirás que nunca lo mereciste en primer lugar.
En otras palabras, sientes que no eres ni serás nunca suficientemente bueno no importa cuánto te esfuerces por crecer y lograr cosas en la vida.
Por ello, es posible que acabes trabajando en exceso y complacer a los demás mientras descuidas tu propio bienestar.
Harás todo eso sólo para demostrarte a ti mismo y a los demás que eres lo bastante bueno y digno de amor y atención. Sin embargo, este juego de perseguir el perfeccionismo sólo dará lugar a más decepciones.