Probablemente te preguntes por qué deberías hablar de engaños, porque no hay nada que discutir.
Hacer trampas es hacer trampas, y su definición seguirá siendo la misma.
Pero, ¿y si le digo que no todas las personas perciben el engaño de la misma manera que usted o yo?
Para algunas personas, dar un beso a alguien no se considera infidelidad, mientras que para otras, simplemente enviar mensajes de texto a desconocidos es un acto de traición.
Para evitar estos malentendidos, conviene establecer los "límites del engaño".
Una vez que lo hagas, no tendrás que temer que él joda las cosas tan fácilmente (a menos que esté realmente decidido a hacerlo).