Ser madre es el trabajo más duro y responsable del planeta. Pero ser una madre soltera que está haciendo el trabajo de dos personas ella sola es un acto de una verdadero héroe.
Y es especialmente difícil al principio, cuando aún no eres plenamente consciente de todas tus fuerzas y de todo lo que puedes lograr. Tienes miedo de si lograrás criar sola a este ser humano.
Pero al final, ves que el amor de una madre por un hijo puede mover montañas.
Ves que eres feroz y poderosa y que nada ni nadie puede interponerse en tu camino cuando se trata de la felicidad de tu hijo.
Si has sido criado por una madre soltera o lo eres, sabes exactamente de lo que estoy hablando.
Sólo estoy aquí para decirte que no te castigues cuando te sientas cansada o abrumada porque casi todas las madres se enfrentan a luchas emocionales similares y aquí tienes 6 de ellas.
1. Finanzas y carrera profesional
Todo padre cariñoso y atento quiere hacer todo lo posible para mantener a su familia. Y las madres solteras no son una excepción.
La gran diferencia es que si eres madre soltera sin ayuda económica de la otra parte, eres la única proveedora de la familia. Por supuesto, quieres darle a tu hijo todo lo que pueda.
Pero, al mismo tiempo, siempre estás dividida entre trabajar horas extra y el miedo a perderte gran parte de la infancia de tus hijos porque estás persiguiendo tu carrera para darles un futuro mejor.
2. Responsabilidad
Una de las luchas a las que se enfrentan literalmente todas las madres es el hecho de que toda la responsabilidad de la crianza recae sobre sus espaldas.
Tú eres el responsable de formar a otro ser humano y no hay nadie que comparta esa carga contigo.
No tienes a nadie en quien confiar. Sí, puedes pedir consejo a tus allegados, pero al final eres tú quien toma todas las decisiones.
Tienes que ser a la vez el poli bueno y el malo, un padre estricto y un amigo, la madre y el padre.
3. Culpa
Cuando terminas una relación sin hijos de por medio, sólo tienes que lidiar con tu angustia.
Pero, ¿qué ocurre cuando tienes que reparar el corazón roto de tu hijo y explicarle que su padre no quiere formar parte de su vida y que él no tiene la culpa de ello?
¿Fuiste tú quien puso fin a la relación con el padre de tu hijo? Sabías que era lo mejor que podías hacer por tu hijo y que no merecía criarse en un ambiente tan tóxico.
Pero a pesar de ello, a veces no puedes evitar preguntarte: ¿hiciste la elección correcta? ¿Deberías haberle perseguido más para ser un padre responsable?
¿Privaste a tu hijo de tener un padre en su vida? ¿Comprenden que hiciste algo que había que hacer o te culpan por marcharte?
Cuando te hagas estas preguntas, ten en cuenta que es mejor así. Es mejor que tu hijo tenga una relación sana con uno de sus progenitores a que se críe en una familia disfuncional.
4. 4. Vida social
Ser madre soltera es agotador y rara vez te deja tiempo o energía para nada más en la vida.
Pero eso no significa que hayas dejado de existir como ser humano, aparte de como madre. Eso no significa que no quieras socializar y tener amigos.
Permíteme decirte una cosa: no hay nada remotamente malo en ello. Nunca debes sentirte culpable por darte un respiro de vez en cuando.
Sé que eres una madre a tiempo completo, pero serás más feliz si aflojas un poco y tu hijo disfrutará de tener una madre más satisfecha.
5. Amar la vida
Del mismo modo que no has dejado de existir como ser humano desde que eres madre, también sigues siendo una mujer con sus necesidades emocionales y sexuales.
A veces te sientes solo y lo único que quieres es que alguien te coja de la mano y te diga que todo va a salir bien. Necesitas intimidad y afecto, y eso es perfectamente natural.
Pero, por otro lado, sabes que hace falta un hombre fuerte para conquistar tu corazón y te preocupa cómo pueden afectar tus relaciones sentimentales a tu hijo.
¿Se sentirán desatendidos emocionalmente? ¿Se llevará bien su posible pareja con su hijo?
6. Inseguridad
Cuando eres madre soltera, hay momentos en los que te sientes orgullosa de ti misma por haberlo conseguido todo tú sola.
Y luego, hay momentos en los que no te sientes suficiente y en los que te preguntas si deberías haber hecho algo de otra manera.
¿Echa de menos su hijo tener otro padre? ¿Debería ganar más dinero? ¿Pasa suficiente tiempo con ellos?
¿Está dando un buen ejemplo? ¿O en realidad eres un padre tóxico, sin ni siquiera ser consciente de ello?
Hay momentos en los que todas tus inseguridades y miedos salen a la superficie. Momentos en los que sólo necesitas que alguien te diga que estás haciendo las cosas bien.
Y por eso estoy aquí, para darte la seguridad que necesitas, para decirte que eres increíble y que estás arrasando en esto de la paternidad.
Confía en mí, eres más que suficiente y estás haciendo un gran trabajo simplemente porque estás dando lo mejor de ti.