Ser engañada por alguien a quien amas es una de las experiencias más dolorosas que puedes tener, y nunca debes pensar que tú eres la razón por la que él lo hizo en primer lugar. Engañar es un acto de cobardía y egoísmo porque es una cuestión de elección, no un error.
Cuando decide ponerte los cuernos, decide deliberadamente herir tus sentimientos y traicionar tu confianza aunque sabe que tú nunca le harías algo así. Y eso es lo que le convierte en un gilipollas y un perdedor.
Los perdedores traicionan y rompen el corazón de las mujeres, pero hace falta un hombre de verdad para tratarlas con respeto y cariño. Los perdedores deciden engañar cuando las cosas se ponen difíciles, pero se necesita un hombre de verdad para estar ahí para su mujer pase lo que pase.
Si necesitas más convencimiento, aquí tienes 6 razones por las que engañarle le convierte en un perdedor
1. Nunca es "un error"
Engañar a alguien no es como ir al centro comercial, comprarte un par de zapatos y cuando llegas a casa, darte cuenta del error de hacerlo y querer devolverlos porque realmente no te gustan o no te quedan bien. Engañar a alguien nunca, nunca es un error. Es una elección, y hacerla te convierte en un completo perdedor.
2. Destruye su capacidad de confiar en futuras relaciones
¿Cómo puedes ser tan egoísta de traicionar su confianza y marcarla de por vida haciendo que no pueda volver a confiar en nadie en sus futuras relaciones? Eso no se le hace a quien siempre está a tu lado y haría cualquier cosa por ti. Solo los perdedores se atreven a matar la esperanza de una buena mujer porque no les importa nadie excepto ellos mismos.
3. Es cobarde
En el momento en que decidiste engañarla, te convertiste instantáneamente en el mayor cobarde de todo el mundo, porque podías haber elegido otra cosa. Podrías haber terminado antes, ¡pero no lo hiciste! Podrías haberle evitado el dolor, pero no lo hiciste.
¿Y sabes por qué? Porque fuiste demasiado codicioso para tenerlo todo, y demasiado inmaduro para conservar lo que tienes.
4. Es egocéntrico y egoísta a muchos niveles.
La engañaste sólo para apaciguar tus instintos egoístas. En el momento en que decidiste hacerlo, no pensaste en cómo la harías sentir, lo cual es la encarnación de un verdadero perdedor.
Pensar sólo en uno mismo es egocéntrico a más no poder. Después, decir que lo sientes y que no sabes por qué lo hiciste es la excusa más patética que existe. Siento decirte que algunas cosas son demasiado dolorosas como para excusarlas u olvidarlas así como así.
5. Demuestra que eres débil
Prueba que tus movimientos son débiles al igual que toda tu mentalidad. Demuestra que no eres un hombre tan real como podrías haber pensado. Engañar a alguien significa que no puedes manejar el compromiso porque le tienes demasiado miedo.
Tienes demasiado miedo de ser un hombre de verdad que luche por ella o la deje en paz porque engañarla es la opción más baja de la escala. Es fácil estar con alguien cuando las cosas van bien, pero se necesita un hombre de verdad para manejar varios obstáculos, y permanecer con los pies en la tierra y la verdad.
6. Es narcisista
Al engañar, te estás demostrando a ti mismo y a los demás lo narcisista que eres en realidad. No puedes dedicarte y dar todo de ti a una sola mujer porque sería una pena que no ampliaras tus horizontes y te compartieras con el resto.
Es narcisista en todos los sentidos, y deberías cuestionarte tu incapacidad para ser una persona decente. Verás, elegir ser decente no es tan difícil como elegir engañar, pero de alguna manera has elegido hacerlo lo que te convierte en un completo e irreversible perdedor.