No hay nada mejor ni más agobiante en este mundo que ser un empático. Su capacidad para sentir lo que sienten los demás es algo extraordinario.
Ser empático te da la oportunidad de compartir verdaderamente la alegría, pero también te causa tristeza, ya que te encuentras llevando las cargas de otras personas más a menudo que no.
El don de la empatía también viene acompañado de una gran intuición: la capacidad de comprender las emociones humanas y percibir cosas que a los demás parecen pasárseles por alto.
Un empático nunca debe darse por sentado, y sus capacidades nunca deben subestimarse.
Mira las razones por las que nunca debes meterte con un empático, y verás que esto es cierto:
1. Se dan cuenta cuando no dices la verdad
Las mentiras, los engaños y las manipulaciones son algo que un empático puede detectar fácilmente.
Pueden percibir que algo falla en tus palabras y que intentas traicionarles.
Sólo fracasan si se niegan a escuchar su intuición. Por suerte para ellos, eso no ocurre tan a menudo.
2. Pueden ver a través de ti
Incluso las palabras más amables pueden estar llenas de malas intenciones.
Un empático será capaz de ver cuándo tus palabras son brutalmente sinceras y cuándo estás fingiendo ser algo que no eres.
Su intuición nunca se equivoca. Son capaces de captar tus vibraciones y eso les dirá si tu corazón está en un buen lugar o estás tratando de meterte con ellos
3. No necesitan que les digas cuando estás triste, lo saben.
Los empáticos se identifican con tus sentimientos y saben cuándo algo no va bien.
Puede que te estés riendo, pero un empático verá claramente que hay mucho dolor... detrás de tu sonrisa perfecta .
Aunque consigas engañar a todos los que te rodean, no podrás salirte con la tuya con un empático.
Te preguntarán qué te pasa y te escucharán a la primera oportunidad que tengan.
4. Perciben la negatividad
Las personas que son portadoras de negatividad y odio son personas de las que los empáticos se alejan.
Sienten su ira, su desaprobación, sus prejuicios y cualquier otra emoción negativa que puedan sentir estas personas.
Las emociones de los demás afectan mucho a los empáticos. Por eso no quieren que gente así envenene sus almas y arruine su paz.
Las personas de mente cerrada no son bienvenidas en la vida de un empático.
5. Saben cuándo vas en la dirección equivocada
Si no estás siendo fiel a ti mismo, si no estás dando lo mejor de ti y si estás retrocediendo en la vida por ello, tu amigo empático será el primero en señalarlo y en ayudarte a encontrar tu camino.
Nunca te abandonarán; estarán a tu lado. Te escucharán y te aconsejarán. Se esforzarán al máximo y se asegurarán de que alcances todo tu potencial.
6. Pueden sentir cuando alguien tiene envidia
Amigos celosos no permanecerá demasiado tiempo en la vida de un empático. Los empáticos no se llevan bien con nada que sea falso, envidioso y tóxico.
Se sienten felices cuando las personas cercanas son felices, por lo que no pueden entender realmente que alguien sea incapaz de hacer lo mismo por ellos.
Si eres su amigo, sabes que no hay nadie como ellos para hacer que tu buena fortuna, alegría y éxito sean aún mayores. No hay mucha gente que pueda hacerlo.
7. Nunca revelan todo lo que saben
Los empáticos siempre saben más, mucho más de lo que están dispuestos a admitir. Leen a la gente como libros abiertos, pero no reaccionan a todo lo que detectan.
Saben que no todo lo que está mal está bien, por lo que de vez en cuando dan un respiro a los demás y no les echan en cara todas las locuras que cometen.
También son seres sabios y saben que no todo exige su reacción. Pero si crees que te has librado de algo y un empático no se ha dado cuenta, piénsalo otra vez.