El amor no debería ser tan complicado todo el tiempo.
A veces, basta con expresar claramente tus intenciones y tus emociones.
Ojalá lo supieras. Ojalá me hubieras dicho enseguida lo que sentías por mí, en vez de hacerme adivinar y dejar que me enfriara y buscara el amor en otra parte.
Nunca fui del tipo rencoroso; podrías haber sido honesto.
Dejamos de hablar porque no tomaste la iniciativa.
No estoy aquí para perseguirte. Estaba lista para una relación madura, no para un amor adolescente de cachorro lleno de comportamientos pasivo-agresivos y palabras no dichas.
Desgraciadamente, tu forma de actuar me ha obligado a volverme más fría. Eso no ocurrió porque no me importara, sino porque quería que hicieras algo.
He terminado con los hombres que no pueden tomar la iniciativa y esperar a que yo empiece algo primero.
¿A quién queremos engañar?
No tengo ningún problema en admitir que soy una mujer fuerte y audaz, pero eso sólo significa que también necesito un hombre fuerte y audaz.
Un hombre decidido y dispuesto a pasar a la acción. Un hombre que no deja que las cosas sucedan sin más, sino que se esfuerza por alcanzar sus objetivos.
Ese es el tipo de hombre que quiero.
Quiero estar segura de que está comprometido. No quiero pasar el resto de mi vida pensando que no soy suficiente.
Quiero un hombre que tenga metas a largo plazo y me haga saber, sin dudarlo, que soy una de ellas.
Quiero un hombre que se asegure de entenderme siempre y comunicarse conmigo a diario.
No quiero mendigar nada.
Quiero a alguien que pueda seguirme y no tenga miedo. Alguien con quien compartir mi futuro. Alguien que me haga sentir especial.
Una persona que esté dispuesta a ponerme en primer lugar y a estar orgullosa de mí. Hasta que encuentre a ese hombre, estoy dispuesta a quedarme soltera, no tengo miedo.
Prefiero quedarme soltera que perder el tiempo con un hombre que no está comprometido.
Si no te comprometes, significa que no vas en serio conmigo. Me tratas como una opción.
Y soy mucho más que eso. Merezco algo mejor.
Por suerte, no baso mi autoestima en si tengo una relación o no. Elijo aceptar mi vida tal como es y disfrutarla.
Estoy profundamente convencida de que hay alguien ahí fuera que es el adecuado para mí. Sé que esa persona nunca me hará adivinar nuestro compromiso y nuestro amor.
Nunca me dejará dudar de lo más importante en una relación. Hablaremos de nuestras emociones más profundas y de nuestros deseos secretos. Se asegurará de que me sienta segura con él.
No insistirá en las niñerías que me incomodan. En cambio, actuará como un hombre adulto y sus acciones harán que confíe en él.
No me hará comentarios raros, no me ignorará delante de sus amigos, no me interrumpirá mientras hablo, no me explicará cosas como un hombre, ni se mandará mensajes con su ex y actuará como si no pasara nada.
El tiempo que pasemos juntos me llenará de esperanza, alegría y felicidad y, por eso, sabré que él es el elegido.
Me hará reír como nadie, me preparará el desayuno en la cama y me dejará elegir la película. Me sentiré válida y cuidada.
Eso es lo que nunca sentí contigo. Por eso me rendí. No pudiste darme lo más simple que necesitaba.
Nunca me diste la devoción que necesito para sentirme apreciado.
Me diste por sentado y esto es lo que pasó. Me despedí.
Curiosamente, ni siquiera te eché de menos, lo que me hizo darme cuenta de que es porque, para empezar, nunca estuviste realmente ahí. De alguna manera eras pasivamente egoísta.
Eso no me gustó.
Hay demasiada vida en mí. Me liberé dejándote ir.
Superé la necesidad de ser amada por alguien que no demuestra que se preocupa por mí.
Al mismo tiempo, empecé a amarme a mí misma para prepararme para aquel que se asegurará de demostrarme su amor todos los días de su vida.