"¿Cómo te despides de alguien sin quien no puedes imaginar vivir? Yo no me despedí. No dije nada. Simplemente me fui".-Elizabeth, My Blueberry Nights (película)
Sé que nunca fuimos dos personas típicas. Ambos estamos dañados a nuestra manera. Hemos conocido la oscuridad del otro. Siempre huimos y volvemos el uno al otro. Esto es como un ciclo sin fin. No hay duda de que este tipo de relación demente no nos hace bien a ninguno de los dos. Por el amor de Dios, ¡míranos! Estamos rotos, tóxicos, amargados, agotados.
Y por eso necesito despedirme.
No es porque me rinda. No es porque no te quiera.
Me admirabas porque nunca preguntaba cosas que otras chicas preguntarían. Pensé que era una buena señal. Chico, qué equivocado estaba.
Quiero ser incondicional, verdadera, loca, convencional y no convencionalmente, amada hasta el último aliento. Al diablo conmigo si ese es mi pecado. Me lo merecía, lo sé. Te di todo mi corazón, pero siempre lo dudaste. Nunca creíste que pudieras ser tan amada.
Esta historia de amor que teníamos era casi hermosa, casi perfecta, casi posible. Casi.
Me alimentabas con la esperanza suficiente para hacerme desear más y más.
Resulta que ambos estamos en una especie de limbo de 'casi-amantes'.
Así que estoy aquí frente a ti, pidiéndote que me liberes. Por supuesto, quería ser tuya y sólo tuya. No puedes decir que no quisiste lo mismo a veces.
Juro que tengo que decir adiós, por el bien de los dos. Odio cada una de las millones de razones por las que nunca lo logramos. Mi corazón aún arde de deseo por esa única razón que podría girar. Supongo que esa es la maldición de todos nosotros atrapados en un maldito casi cuento de hadas.
Estoy aquí, delante de ti, y estoy agotado. Esta agonía ha durado demasiadas noches sin dormir. Pero, nunca me olvido de poner mi sonrisa. No quiero que la gente vea mi ansiedad y mi miedo a perderte.
Gracias por los momentos mágicos que hemos vivido. Gracias por los recuerdos. Espero que nos volvamos a encontrar en otras vidas. Espero que la palabra casi no existirá allí.