Cuando estás en una relación con alguien, es natural que esa otra persona sea el viento más fuerte para tus vientos.
Esta persona debería ser tu mayor apoyo y tu fan número uno. Debería ser el primero en empujarte hacia adelante cuando te sientas mal o cuando estés pasando por momentos difíciles.
Y, por supuesto, tú deberías actuar de la misma manera con él.
Es natural que los dos seáis socios y que os apoyéis mutuamente.
Pero nunca fuiste así. No sé si estabas intimidado por mi fuerza o simplemente eras inseguro por naturaleza y querías arrastrarme a tu nivel, pero el hecho es que siempre hacías todo lo posible por menospreciarme y disminuir mi valía.
Por supuesto, al principio, sus acciones eran sutiles.
No me insultabas directamente, pero siempre te asegurabas de insinuar que eras mejor que yo y que yo estaba por debajo de ti en todos los sentidos posibles.
Pero con el paso del tiempo, tus maltratos y tu menosprecio hacia mí en todos los sentidos se hicieron más frecuentes, más directos y menos sutiles.
Aprovechaste todas las oportunidades posibles para hacerme sentir mal conmigo misma y alimentar mis inseguridades.
Y con el tiempo, empezaste a insultarme y ridiculizarme también delante de los demás.
Cuando me conociste, yo era una mujer de alto valor que sabía lo que valía y no pudiste bajar mi autoestima.
Pero con el paso de los años, de algún modo conseguiste meterte en mi cabeza y empecé a cuestionarme si todo lo que me decías era realmente cierto.
Con el paso de los años, me convertí en una chica que cuestionaba cada uno de sus movimientos, una chica que cuestionaba su valía y una chica que a veces incluso dudaba de su cordura.
Empecé a dudar de si era lo bastante guapa o bella, de si era lo bastante inteligente y de si merecía que estuvieras conmigo.
Cada vez que me proponía algo, me venía tu voz a la cabeza, diciéndome que no lo conseguiría y que lo dejara.
Empecé a dudar de mis capacidades y habilidades con respecto a todo en la vida.
Empecé a dudar y a cuestionarme mi carrera, mi relación con otras personas y Sobre todo, empecé a dudar de mi relación conmigo misma.
Empecé a cuestionarme si me querían y si merecía el respeto y el aprecio de alguien.
Y lo peor fue que empecé a cuestionarme si era digna de mi propio amor y respeto.
Empecé a cuestionarme si era suficiente y por qué no lo era.
Y cuando me admitía a mí mismo que todo esto era culpa tuya, empezaba incluso a dudar de mi cordura.
Creía que me querías incondicionalmente y que no era posible que fueras tú quien jugara conmigo.
Por supuesto, nunca admitiría ninguna de estas cosas en voz alta, ni siquiera a mí misma. Intentaba ocultar las opiniones que tenía sobre mí misma, pero eso no significa que no las tuviera.
Y todo eso fue culpa tuya.
Lo sé porque recuperé la confianza en el momento en que te dejé. Por supuesto, no ocurrió de la noche a la mañana y es algo que aún está en proceso, pero sentí un alivio inexplicable en el momento en que me alejé de ti.
Sí, fue doloroso, pero también liberador.
Pero no te escribo todo esto porque esté resentida contigo por todas las cosas que me hiciste y no lo hago porque quiera o necesite una disculpa.
Te cuento todo esto porque quiero que sepas que no lo has conseguido. Quiero que sepas que no lograste matar mi espíritu y que no lograste destruir a la persona que solía ser.
Te cuento todo esto porque quiero que sepas que Soy lo suficientemente bueno.
Sí, estuviste muy cerca de matarme espiritualmente, pero resurgí de las cenizas más fuerte que nunca.
Y sé lo valiosa que soy en realidad. Sé que no hay razón para que me sienta inseguro.
Sé que soy digno y estoy seguro de que ni tú ni nadie puede disminuir mi valía.
Sobre todo, sé que nunca debería haber dudado de mí misma. En cambio, eras tú quien debería haberlo hecho todo el tiempo.
Esto es tan hermoso ... Estoy literalmente en lágrimas en este momento ... ????