Si alguna vez has amado a una persona tóxica, sabrás la montaña rusa de emociones que supone.
Es mágico. Es demente. Es agotador. Es retorcido. Es agridulce. Un segundo estás arriba y al siguiente abajo. Tu día depende de esa persona.
En realidad, todo tu ser depende de esa persona. Tu salud y también tu psique.
¿Te preguntas cómo es posible querer tanto a alguien?
Hay algunos momentos de lucidez, y en esos momentos sabes que no deberías estar ahí.
No deberías estar en sus brazos inseguros, brazos que son tu santuario y a la vez tu infierno.
Abrazaste este tipo oscuro de amor. Lo alimentas. Sólo hay un atisbo de esperanza que viene a ti y se aleja de ti como un amigo sombrío. Duermes y respiras con él.
No hay lógica. En un momento estás firmemente convencido de que las cosas mejorarán por fin, y al siguiente sabes que estás condenado.
Empiezas a cuestionarte tu cordura. Por un momento, te sientes bendecido, pero luego te sientes maldito.
¿Te sorprendes a ti mismo pensando las cosas serán diferentes esta vez¿aunque sabes que no lo harán?
Cuando amas a alguien tóxico, se siente como una adicción. Sabes que te has convertido en un yonqui.
No puedes huir de esa noción que te duele en el pecho.
Llegas a un punto en el que no te importa lo que vaya a pasar después, sólo necesitas estar al lado de esa persona.
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No puedes evitarlo aunque te odies porque sientes que no puedes vivir sin esa persona.
Cada noche inventas escenarios en tu cabeza. Te imaginas acabando con ella de una vez por todas.
Pero entonces, todo eso se desvanece una vez que estás cerca de él. Tu determinación y tu coraje desaparecen. ¿Te reconoces a ti misma?
¿Te parece que cuando las cosas van bien, van realmente bueno? Y cuando es malo, es realmente lo peor?
Es tenso. Sé que te sientes agotado porque yo también lo estoy. Las relaciones no deberían ser tan difíciles.
Llegará un momento en que estarás harto de estos sentimientos. Tendrás que pasar por una especie de rehabilitación emocional, pero no pasa nada.
Al final comprenderás que necesitas ayuda. Por supuesto, te sentirás intoxicado, pasarás por diferentes crisis.
Sin embargo, sobrevivirás. Sabes que tu batalla está a punto de empezar. Habrá muchas bajas en esta guerra contra el amor tóxico, pero puedes ganar, confía en mí.
Amar a alguien tóxico puede enseñarte muchas lecciones. Si las aprendes bien, serás más fuerte que nunca.
Serás la mejor versión de ti mismo porque no habrá nadie que te siga deprimiendo.
Recuerda que no eres débil: eres humano. Por muy frágiles que parezcamos, hay mucha fuerza en nosotros.
Espero que puedas encontrarlo en lo más profundo de tu corazón, y seas capaz de sanar por fin tu corazón.
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