Antes de decir nada, quiero disculparme por todas las veces que herí tus sentimientos porque no sabía hacerlo mejor.
Si he dado por sentado que estás sano sólo porque tu enfermedad no es visible, lo siento.
Si te dijera que pareces cansado cuando sufres fatiga crónica, lo siento.
Si te he recordado algo de lo que tuviste que despedirte a causa de tu enfermedad, lo siento.
Si he actuado imprudentemente con respecto a algo que su enfermedad le ha enseñado que es valioso, lo siento.
Si he dicho algo para hundirte en lugar de levantarte, lo siento.
Si estaba demasiado asustada y no sabía cómo ayudarte, lo siento.
Si pensé en lo peor cuando no lo sabía, lo siento.
Tardé algún tiempo en darme cuenta de lo que significa enfrentarse al hecho de que tu cuerpo está trabajando en tu contra; lo que significa cuando tu cuerpo simplemente se niega a escucharte y no puedes hacer nada al respecto.
Aún no puedo comprenderlo del todo, pero he aprendido mucho escuchando lo que decís en lugar de hacer suposiciones y escuchar a quienes no saben por lo que estáis pasando.
Aunque no puedo saber por todo lo que estás pasando, entiendo que en el momento en que te diste cuenta de que estabas enferma tu vida cambió para siempre.
Tu enfermedad te dio nuevos ojos y ahora, a través de ti, yo también he empezado a ver la vida de otra manera.
Gracias a ti, me he dado cuenta de que hay tantas cosas a las que presto atención a diario que no merecen la pena en absoluto.
En lugar de estar agradecido por todo lo que tengo y vivir mi vida al máximo, me preocupo por cosas sin importancia.
Una persona enferma me dijo una vez que para ella la enfermedad era una bendición disfrazada y, en aquel momento, no entendí por qué, así que pregunté confundido: ¿pero cómo?
Esto es lo que explicó:
Mi enfermedad, por primera vez en la vida, me ha ayudado a darme cuenta del dolor innecesario que me infligía a diario, por elección. Me dejé herir por las cosas que no importaban y ahora, cuando me enfrento a algo que no puedo controlar, he aprendido a dejar de infligirme dolor porque eso es algo que puedo controlar. Todo lo demás que no puedo controlar debo aceptarlo de todos modos''.
Eligió no ser su propio enemigo.
Eso es algo que quiero compartir con todos los demás. Dejen de posponer las cosas y dejen de acumular dolor.
No seas tu propio enemigo. En cada momento puedes elegir dejar de hacerte daño.
No dejes que tu mente te deprima y tampoco dejes que otras personas controlen tu vida. No estás aquí por ellos.
Deja ir el resentimiento y deja ir la culpa. Deja de envenenar tu alma con algo que no eres.
Tú no eres tu dolor, no eres tu vergüenza, no eres tus celos ni tu tristeza.
Puede que experimentes esos sentimientos, pero no te definen y no deberían controlar tu vida.
Muestra respeto por tu vida, muestra respeto por la persona que eres. Esto se consigue eligiendo todo lo que puedes hacer en lugar de todo lo que no puedes.
Da miedo con qué facilidad olvidamos lo frágiles que somos, pero al mismo tiempo tampoco nos permitimos ser fuertes.
Puede que sea porque nunca sabemos lo fuertes que somos hasta que ser fuertes es nuestra única opción.
Por trágica, triste y dura que pueda parecer, la vida es algo milagroso.
No digo esto para difundir positivismo sin sentido, sino para recordarme a mí misma y a los demás que hay algo más en la vida, algo que todos sentimos cuando nuestra vida se ve amenazada de alguna manera, física o emocionalmente.
Quiero dar las gracias a todas las mujeres de mi vida que han sufrido enfermedades por recordarme lo que es la vida.
Mientras librabas tus silenciosas batallas, no renunciaste a la vida, sino que la dejaste florecer.
Sea cual sea tu destino, que sepas que con tu valentía trajiste la paz a la vida de otras personas, y sólo por eso nunca serás olvidado.
Gracias por demostrar que, después de todo, la vida es un milagro.