Cada vez que ocurre en tu vida algo que no deseabas, lo ves como lo peor del mundo.
Lo ves como un fracaso y una miseria. Después de todo, siempre has intentado ser una buena persona.
Has respetado las normas y has hecho todo lo posible por no herir a nadie en el camino.
Entonces, ¿por qué exactamente tienes que enfrentarte a todas estas dificultades?
¿No existe una cosa llamada karma que debería recompensarte por todas tus buenas acciones?
Es así con todo lo malo que experimentas en la vida.
Sientes que todo es inútil cuando te deja un chico que te importaba, cuando pierdes a un amigo en el que confiabas o cuando no consigues ese ascenso por el que tanto trabajaste.
No puedes evitar tener la impresión de que la vida es simplemente injusta.
A la gente buena le pasan cosas malas y viceversa, y tú no tienes el poder necesario para luchar contra ello.
Después de todo, ¿quién podría culparte por sentirte así? De hecho, es perfectamente natural que te estremezcas ante la injusticia del mundo.
Sin embargo, estoy aquí para pedirle que reconsidere su punto de vista.
Estoy aquí para rogarte que mires el panorama general y tengas en cuenta que todo ocurre por una razón.
Verás, a veces, ciertas cosas tienen que ir mal para que otras mejores puedan ir bien.
Un hombre que no te merece tiene que alejarse de ti para despejar el camino al adecuado.
Tiene que mostrarte lo que no quieres y necesitas para que seas capaz de reconocer el verdadero amor cuando lo veas.
Quizá no hayas conseguido ese trabajo que solicitaste porque la carrera de tus sueños te está esperando.
¿O sólo habría acabado siendo una distracción de algo mayor?
Es posible que tu mejor amiga te apuñalara por la espalda porque era la única forma de que vieras su verdadera cara.
La única manera de que por fin la eches de tu vida y te des cuenta de que no debes confiar en todo el mundo.
A veces, hay que atravesar la oscuridad para ver los verdaderos colores de las estrellas.
Tienes que perder algo indigno de ti para poder conseguir cosas mucho más valiosas.
Además, todo esto proporciona una lección y una nueva experiencia.
Cada tormenta que atraviesas está ahí para prepararte para el sol que está a punto de llegar.
Cada reto es una oportunidad para ser mejor y cada batalla una oportunidad para hacerse más fuerte.
Está ahí para convertirte en una mujer madura y autosuficiente. Para demostrarte que puedes lograrlo sin la ayuda de nadie.
Está ahí para poner a prueba tu fe. Para ayudarte a creer y esperar siempre lo mejor, incluso cuando todo parece desesperado.
Así que la próxima vez que pienses que te ha ido mal, recuerda que toda maldición puede ser en realidad una bendición.
Simplemente depende de ti cómo lo percibas. A veces las cosas que ves como las peores resultan ser las mejores.
Sólo tienes que tener la paciencia suficiente para dejar que el tiempo haga su magia y te haga ver todo por ti mismo.
Te prometo una cosa: cada lágrima que llores será recompensada con toneladas de sonrisas.
La tristeza será sustituida por tanta felicidad que ni te lo imaginas. Sólo tienes que estar preparado para ello.
En el momento tiene que ser el adecuado y todo encajará. Tarde o temprano, empezarán a ocurrir cosas buenas.
Una vez que lo hagan, entenderás por fin mis palabras, que probablemente ahora no creas.
Cuando consigas todo lo que te mereces, comprenderás que ésta era la única forma de adquirir la felicidad.
Te darás cuenta de por qué tuviste que pasar por todas tus dificultades y por qué tuviste que experimentar tanto dolor.
Finalmente, percibirás que toda tu vida fue en realidad una secuencia de acontecimientos que estaban destinados a llevarte exactamente al punto en el que te encuentras ahora.
Te darás cuenta de que todo lo malo que pasaste sucedió por una razón.
Así, en un instante, todo tendrá sentido.