Congeniamos desde el primer día que nos conocimos. Solo mirarte a los ojos me llenaba el corazón de tanta paz y serenidad que por fin estaba en casa.
Me enamoré de ti tan fuerte, sin siquiera tomarme el tiempo de pensarlo. Supongo que llevaba tanto tiempo soltera que me había olvidado de lo que es que te tomen y echaba mucho de menos esa sensación.
Echaba de menos el calor de un fuerte abrazo masculino. Me perdí Tener a alguien a quien llamar mío. Alguien con quien tuviera una conexión natural y con quien pudiera hablar durante horas sin siquiera pensar en lo que iba a decir a continuación.
Por un segundo, pensé: 'Ya está'. 'Esto es lo que he estado esperando toda mi vida.' 'Por fin he encontrado a alguien con quien puedo imaginar mi vida eterna.'
Todas esas vallas que rodeaban mi corazón, todos esos guardias que protegían la puerta que conducía a él, te permitían entrar sin comprobar realmente si merecías estar allí.
Elegí creerte. Confié en ti.
Confiaba más en ti que en mí mismo. Por eso callaba esa vocecita dentro de mi cabeza que me decía que tuviera cuidado.
Ignoré todas las banderas rojas que ondeaban ante mis ojos y culpé de todo al pasado. Pensé que toda la carga emocional y todos los problemas de confianza que tenía debido a mis relaciones anteriores me hacían dudar de ti.
Seguía mintiéndome a mí misma diciéndome que todo iba bien cuando en realidad no era así. Seguí engañándome hasta que revelaste tu verdadero rostro.
Era hora de afrontar la verdad. No podía dejar de ver las cosas que veía. No podía dejar de oír todas las cosas hirientes que decías. No podía fingir que eras el mejor cuando eras uno de los peores.
Estoy tan decepcionado ahora mismo. Decepcionado de los dos.
En ti porque resultaste ser igual que todos los demás y en mí porque te permití acercarte tanto, a pesar de que todas las banderas rojas estaban ahí.
Supongo que mis esperanzas eran mayores que toda la mierda por la que me hiciste pasar. Seguía esperando que con el tiempo entraras en razón. Lo deseaba tanto que seguí insistiendo en quedarme en algo que distaba mucho de ser una relación sana o amorosa.
No podía estar más equivocada contigo. Nunca cambiaste, sólo empeoraste con el tiempo. Y en parte me culpo por ello.
Debería haberme ido antes. No debería haber seguido a mi corazón y haber dejado atrás a mi cerebro. Me hizo olvidar lo que merecía y me conformé con menos.
Es algo que me prometí a mí mismo hace mucho tiempo que nunca haría. Pero aquí estoy, lo he vuelto a hacer.
Pero creo que esta vez he aprendido la lección. Estoy harta de que pisoteen mi corazón. Estoy cansado de este constante quebrantamiento en mi vida. Estoy agotado.
Pero sé que lo superaré. Pegaré, encintaré y mantendré unido mi corazón. Pero espero no tener que volver a hacerlo después de esto.
No quiero seguir repitiendo el mismo escenario una y otra vez. Estoy cansada de actuar fuerte y dura todo el tiempo mientras me derrumbo por dentro. Estoy cansada de esconder todas esas lágrimas detrás de mi sonrisa.
Estoy cansada de amores falsos, gente pésima y falsas promesas. No las soporto más. Por eso nunca más te conformes por nada menos de lo que merezco. Por eso voy a mantener los ojos bien abiertos la próxima vez que alguien quiera entrar en mi corazón.
La próxima vez, esta vez, todo el tiempo, voy a quererme más.
Voy a pegar mi corazón de otra manera, voy a hacer más altas las vallas y poner algunos guardias extra en las puertas de mi corazón y hasta que llegue alguien que valga la pena el riesgo, nadie más podrá entrar.