Seguro que la gente tiende a utilizarte en su propio beneficio y tú se lo permites porque eres demasiado amable para decir "no".
¡Deja de hacer esto! No eres más que un felpudo para ellos.
Conceder todos los deseos de la gente (porque eres demasiado amable) sólo conseguirá que te sientas como una mierda, mientras que a los demás les importarás un bledo tú o tus sentimientos. Lo único que les interesa es su beneficio personal.
¿Tú? Tú te jodes.
Al filtrar las sanguijuelas humanas innecesarias, no perderás el "lado amable" de tu personalidad y, además, salvarás tu dignidad.
Así que, DEJA de seguir la corriente a todos los que te rodean y DEJA de hacer las siguientes cosas:
1. Evitas la confrontación
Si notas que existe la más mínima posibilidad de un posible enfrentamiento, huirás como alma que lleva el diablo. Simplemente no te permitirás enfrentarte a estas situaciones porque eres demasiado amable para decir algo "inapropiado".
Prefieres mantener la boca cerrada a decir algo hiriente, aunque esa persona se lo merezca.
2. Estás excusando a otras personas
Normalmente, cuando alguien se aprovecha de tu amabilidad...no lo admitirás. Les buscarás excusas. Encontrarás una manera de justificar su comportamiento y así justificarás el tuyo.
Deja de darles nuevas oportunidades para que sigan aprovechándose de ti.
3. Estás reprimiendo tus sentimientos
Tienes que dejar salir tus sentimientos de lo contrario explotarás. Tienes tanto miedo de herir a alguien diciéndole lo que sientes, que reprimes esas emociones y las embotellas.
Lo único que puede pasar si sigues haciendo esto es que te hagas daño.
4. No sabes decir "NO
Ya sea durante una noche de fiesta o en plena calle, si alguien se te acerca y empieza a ligar contigo, no dirás que no, aunque no te interese en absoluto.
Intentarás encontrar una manera amable y educada de pasar de él, pero al final, se irá a casa con tu número de teléfono. ¡¿CÓMO?!
5. Asume la culpa
No tienes problemas en asumir la responsabilidad por las cosas que hizo otra persona. O es asumir la culpa de lo que hizo otro o disculparse por lo que hizo otro.
Ni siquiera piensas en estas cosas, simplemente las haces.
6. Le gusta agradar a la gente
Tienes la necesidad constante de hacer feliz a la gente. Al fin y al cabo, siempre habrá alguien que tendrá un problema contigo y no le harás feliz. Simplemente no puedes hacer feliz a todo el mundo.
¡Acéptalo!
Véase también: 10 señales de que te gusta agradar a la gente y por qué no te beneficia
7. Crees que todo el mundo es tan amable como tú
Que tú irradies bondad no significa que los demás también lo hagan. Al contrario, hay personas muy malas y desagradables, tanto las que no lo ocultan como las que lo hacen a la perfección.
Deja de vivir en la negación y abre los ojos para ver la verdad.
8. Eres el último de la lista
El mayor problema que tienes es que antepones las necesidades de los demás a las tuyas. No puedes arreglarlo todo. Eres humano, como lo somos todos.
No sacrifiques tu vida para mejorar la de los demás, TODO EL TIEMPO.