¿Crees que sólo tú sabes lo que necesitas en tu vida para ser feliz? ¿Que te conoces mejor que nadie?
Aunque a veces no lo parezca, tienes que saberlo: Dios es el único que siempre sabe lo que es mejor para nosotros.
Él ve lo invisible. Él ve cosas que nosotros no podemos ver. Él es el único que puede ver cosas que aún no han sucedido. Él ve el futuro.
Sólo Él sabe lo que es bueno para ti y sólo Él puede dártelo. Él siempre está de nuestro lado. Por eso tenemos que alabarle y poner toda nuestra esperanza en Él.
Sé que estamos confundidos y decepcionados cuando Dios no responde a nuestras plegarias como nos gustaría.
En esas situaciones, tenemos que confiar más en Su voluntad porque Él sólo quiere protegernos.
A veces, no somos conscientes de que nuestros propios deseos y oraciones no son buenos para nosotros, pero Dios lo sabe y nos salva de ello.
No importa cuánto deseemos y oremos por cosas que Dios sabe que no son buenas para nosotros, Él no va a responder a esas oraciones. No siempre es fácil aceptar esto, pero tenemos que hacerlo.
Luego, después de un tiempo, nos damos cuenta de que lo que pensábamos que era bueno para nosotros y Dios no nos dio, en realidad es tan malo y erróneo para nosotros. Sólo entonces empezamos a dar gracias a Dios por protegernos.
Siempre debemos saber que Dios nos protege que todo lo que hace es para nuestro bien. Por eso debemos estarle siempre agradecidos.
El hecho de que Dios no siempre responda a nuestras oraciones como quisiéramos es difícil de aceptar, especialmente cuando rezamos para que nos dé amor o nos ayude con nuestras relaciones conflictivas.
El amor nos ciega. Nos hace olvidar todas las demás cosas. Cuando nos enamoramos de alguien, sólo vemos a esa persona. Sólo queremos estar con ella.
Sin embargo, a veces, aunque sepamos que esa persona no nos conviene, todas nuestras oraciones giran en torno a ella.
Empezamos a rezar a Dios para que nuestros caminos se crucen. Cuando eso ocurre y las cosas llegan a su fin (y créeme, lo harán porque no estabais destinados a permanecer juntos), entonces rezamos para que Él salve nuestra relación.
En el fondo, sabemos que esa persona no nos conviene, pero aun así la queremos. No podemos evitar rezar para que Dios mantenga a esa persona en nuestras vidas.
Él siempre nos escucha, pero esta vez no obtendremos respuesta. Es su manera de decirnos que ya ha planeado algo más para nosotros. Algo mucho más grande y mejor.
Nos cierra todas las puertas equivocadas. Él quema todos los puentes que no son seguros para nosotros.
Elimina a la gente tóxica de tu vida. Nuestra única tarea es confiar en Él, incluso cuando Sus planes nos parezcan carentes de sentido en ese momento.
No debemos aferrarnos a cosas que obviamente no son para nosotros. Si nos centramos sólo en ellas, podríamos perdernos las cosas mejores que Dios nos envía.
Tenemos que dejar de preocuparnos tanto por lo que no podemos controlar. Tenemos que aprender a dejar ir a las personas que no están destinadas a permanecer en nuestra vida para siempre.
He aprendido que lo que estaba destinado para mí, no pasará de largo. Ahora que por fin lo acepto, mi alma está en paz.
Me aferré demasiado tiempo a un hombre que nunca lo mereció. Finalmente lo dejé ir y puse toda mi esperanza y confianza en Dios. Sé que Él ya está trayendo el verdadero amor a mi vida.
Debemos recordar siempre que Dios quita algo de nuestras vidas, sólo porque tiene la intención de sustituirlo por algo mucho mejor.