"¡Prometo que nunca te dejaré ir!" - Me lo dijiste mientras estábamos tumbados en tu cama, desnudos y cansados de hacer el amor.
Me sentía la persona más segura en tus brazos, y pensaba para mis adentros lo feliz que era. En realidad, nunca pude entender cómo Dios me envió un hombre tan bueno. Eras todo lo que siempre había soñado.
Eras guapo, con éxito, apasionado, amable y comprensivo. Todas las mujeres se enamoraban de ti en un abrir y cerrar de ojos. Y yo no era una excepción. Nuestro amor era apasionado y sin limitaciones. Peleábamos con pasión y después hacíamos el amor con pasión.
Te amé hasta la luna y de vuelta, y estaba dispuesto a pasar el resto de mi vida contigo.
Pero estando ciegamente enamorada de ti, no pude ver otras cosas. Cosas que marcaron mi vida. Cosas que nunca podré olvidar. Ni perdonar.
Mientras yo soñaba con nuestro futuro y con tener hijos juntos, tú tenías otro plan.
Eras un hedonista, un hombre que vive su vida al máximo. Por desgracia, tu plan no me incluía.
Salías con diferentes mujeres mientras yo esperaba a que volvieras a casa. Quizá algunas eran mejores que yo, así que decidiste acostarte con ellas. Yo sólo era una tapadera para tu familia y amigos. Yo era la buena, la pura y honesta, con la que tendrías hijos. La que fingirá que todo va bien mientras su mundo se desmorona. Querías que pareciera otra persona.
Querías que fuera la actriz principal de la película de tu vida. Lo hiciste todo porque yo tenía todas las predisposiciones para ser una esposa ideal y una madre dedicada. Me engañabas siempre que tenías ocasión.
Sin remordimientos, sin siquiera pensar en mí.
Jurabas que me querías mientras comprabas joyas para una de tus amantes. Y lo peor era que yo no sabía nada. Vivía en la ignorancia y daba gracias a Dios por haberme hecho una mujer tan afortunada.
Pero una mentira no tiene piernas. Con el tiempo, descubrí lo que me habías estado haciendo todos esos años. Me engañabas constantemente mientras yo pensaba que todo iba bien. Debo admitir que eras un muy buen actor. Definitivamente no lo vi venir. Y cuando descubrí lo que me hiciste, sentí como una ducha fría. No pude decir ni una palabra. Me quedé allí, intentando mover mi cuerpo, pero no pude. Todo era demasiado perfecto para acabar así. Pero por desgracia, terminó.
Y la razón principal fuiste tú.
Cuando te vi venir a disculparte, fingí que no me importaba mientras que en realidad, me estaba desmoronando por dentro. Dijiste que lo sentías y que sólo había sido una noche, tu momento de debilidad. Dijiste que me querías y que no era tu intención hacerme daño.
Dijiste tantas tonterías y a mitad de tu historia, dejé de escucharte. No podía soportarlo más. No podía soportar que la mierda le pueda pasar a una buena chica como yo. No podía soportar que siempre perdamos a los que amamos. No podía soportar que alguien me engañara. Y sobre todo no podía soportar que fueras tú.
El día que te dejé ir volví a nacer. Quemé todos los puentes entre tú y yo. No quise verte ni saber nada más de ti. Porque tuviste tu oportunidad y la desperdiciaste.
Quería pasar página y pasar página no significa dejar de querer a alguien. Se trata de tener la fuerza para decir: "¡Todavía te amo, pero no vales este dolor!"
Un día te acordarás de mí y de lo mucho que te quería, y te odiarás por haberme dejado marchar.
Ya que decidiste dejarme ir, ¡ahora es el momento de que yo haga lo mismo!
¡Adiós para siempre!