Que tengas una crisis de vez en cuando no significa que no seas una persona fuerte. Pero también es importante tener un compañero que esté ahí para cogerte cuando te caigas.
Las relaciones duraderas son las que perseveran en lo bueno y en lo malo, y ambos miembros de la pareja sienten que pueden confiar el uno en el otro para superar los momentos difíciles.
Si consiguen superarlo sin inmutarse, podrán salir de estos momentos más fuertes que nunca, confiando más en su vínculo que si no hubieran capeado juntos las tormentas.
A través de las pruebas de la vida nos acercamos más a quienes permanecen a nuestro lado y experimentan todos los altibajos, recorriendo el camino con nosotros. Aprendemos en esos momentos y crecemos a medida que aprendemos.
Tomamos decisiones basadas en experiencias pasadas, y tenemos que ser capaces de entender lo que se siente en un extremo para llegar al otro y asegurarnos de que permanecemos allí en lugar de volver una y otra vez a la misma toxicidad.
Recuerda siempre que puedes mostrar emociones y expresar tu preocupación cuando sientas que se te está pidiendo demasiado -tienes demasiados compromisos u obligaciones- y no puedes seguir haciéndolo. O si surge algo que sientes que no puedes manejar por ti mismo y necesitas que tu pareja te ayude a llevarlo a cabo, puedes pedir ayuda.
Parece un concepto sencillo, pero pedir ayuda o admitir que las cosas se han vuelto demasiado difíciles para soportarlas solo puede ser más difícil de lo que parece. Si la vida empieza a parecer ingobernable, es importante abrirse a la pareja, y la respuesta debe ser de compasión y comprensión, no de indiferencia, enfado o frustración.
Descubrirá que juntos pueden lograr mucho más que si se sienten constantemente solos en su viaje. Si tu pareja está dispuesta a hacer un esfuerzo adicional para ayudarte a llegar al otro lado, merece la pena mantener la relación. Por supuesto, es una calle de doble sentido, y esto debe ser recíproco.
Resolver los problemas no sólo es vital, sino inevitable. La vida no es perfecta y no existe la pareja perfecta. De vez en cuando te encontrarás con obstáculos, pero estos obstáculos sólo serán contratiempos permanentes si tú se lo permites.
También te encontrarás con situaciones en las que tu pareja está preocupada por algo que a ti te parece trivial, pero sabes que necesita tu apoyo y tranquilidad, y viceversa. Es importante que reconozcas que, sea lo que sea lo que preocupa a tu pareja, sigue siendo una preocupación y no le quites importancia.
Hablar del motivo y de cómo superar el problema juntos aumenta la resistencia y la confianza de tu pareja. Decir que no es para tanto empeorará las cosas y probablemente dificultará la comunicación entre vosotros. Menospreciarse mutuamente nunca es la solución, por muy diferentes que sean sus puntos de vista.
Si ves que tu pareja sucumbe lentamente a circunstancias especialmente difíciles, sigue levantándola en el proceso. De nuevo, esto no significa que tu pareja no sea una persona fuerte.
Todo el mundo tiene un punto de ruptura, y es posible superarlo. Esto no significa que no haya posibilidad de recuperarse. Sólo significa que se necesitará un poco más de esfuerzo, amor incondicional y apoyo emocional. Al ofrecer esto, le estás diciendo a la persona con la que estás que estarás ahí pase lo que pase y esto es muy poderoso.
Si alguien se aleja de ti la primera vez que te sientes empujado más allá de tu punto de ruptura y tienes un arrebato emocional, está claro que no es lo suficientemente maduro como para mantener la relación a largo plazo. Quieres estar con alguien que esté a tu lado en los inevitables altibajos y te ofrezca la seguridad de que vuestro vínculo es irrompible.
Si te marchas en cuanto las cosas se ponen feas, es probable que nunca hayas invertido de verdad en la relación. Conoce tu valía y espera a quien también la conoce.