Se necesita sacrificio para que el amor funcione. Requiere tiempo. Requiere inversión.
Nadie dijo nunca que amar a alguien fuera fácil. No existe una guía que te diga cómo afrontar todo tipo de situaciones que te van sucediendo. Esa es la belleza de una relación. Esa es la belleza del amor. Es un reto constante que te hace ir un paso más allá cada vez.
El amor hace que todos los momentos bellos permanezcan. Hace que sólo los recuerdes a ellos. Borra todo lo malo que os haya pasado a los dos. Pero eso no significa que en tu relación sólo hayas recorrido el camino florido. Habéis pisado piedras y caminos invisibles, pero habéis reprimido esos recuerdos feos.
Pero, el amor funciona así. Te ciega. No puedes pensar con claridad.
Cuando estás enamorado, no te alejas cada vez que tienes una pelea por nada. No renuncias a todo sólo porque tuviste un pequeño desacuerdo. No. Estas cosas son insignificantes. Lo único que provocan es que luches y desees ser mejor y más inteligente. No romperéis porque hayáis tropezado con un pequeño obstáculo. Eso no es amor. Eso es un acto cobarde.
Cuando estás enamorado, luchas por esa persona. Esa persona es alguien con quien te acuestas por la noche y junto a quien te despiertas cada mañana. Esa persona es una parte de ti, una parte que siempre estará ahí. Una parte sin la cual estás incompleto y vacío.
Cuando estás enamorado, nunca te rindes. Aunque metan la pata hasta el fondo, les das otra oportunidad. Buscas todas las opciones posibles, con la esperanza de encontrar una solución que les devuelva al buen camino, para poder conservarlos. Una solución que les ayude.
Cuando estás enamorado, sacrificas mucho por esa persona. Te dejas la piel por ella. Apoyas sus sueños por imposibles que sean. Ellos creen en ellos, y tú también lo harás. Sacrificarás tu tiempo y se lo darás porque les quieres.
Eso es el amor. No son sólo momentos bonitos de perfección y felicidad pura. Son los lugares oscuros y ásperos en los que te encuentras cuando quieres rendirte. Sólo ahí verás realmente lo que es el amor. Cuando crees que no puedes más, pero tu amor por él te hace encontrar una solución. Te hace seguir amándole.
Cuando estás enamorado, puedes hablar con esa persona de cualquier cosa. Puedes confiar en ella y ser sincero. Puedes decirle lo que realmente te molesta y lo aceptará e intentará ayudarte. Os apoyáis mutuamente y os animáis a decir lo que pensáis porque sabéis que el silencio no os llevará a ninguna parte, excepto a la ruptura.
Cuando estás enamorado, no le darás a un argumento tanto poder como para destruir tu relación. La utilizarás para haceros aún más fuertes que antes.
Cuando estás enamorado, estás ahí para lo bueno y para lo malo. Estás ahí cuando esa persona se desmorona. Estás ahí cuando esa persona no puede levantarse de la cama y le tiendes la mano para ayudarla. Les ayudas a llevar cualquier carga que tengan porque te comprometiste y se lo prometiste. Esa persona hará lo mismo por ti. Sois un equipo. Trabajáis juntos y así nadie ni nada puede haceros daño.
Cuando estás enamorado, sabes que las cosas no siempre van a ser fáciles. Las cosas van a ser duras. Habrá momentos en los que te arrepentirás de haber conocido a esa persona y habrá momentos de extrema tristeza, pero ninguna de estas cosas es más fuerte que el amor que sentís el uno por el otro. Ninguna de estas cosas merece que os alejéis.
Cuando estás enamorado, sabes que puedes superar cualquier situación. Nunca dudas. Puedes sentirte fatal y cansado, pero sabes que cuando te levantes a la mañana siguiente tendrás fuerzas para seguir luchando por tu relación, porque quieres a esa persona y te queda mucho amor por ella. Eso es lo más importante: tu amor.
Lo más fácil es rendirse. Cualquiera puede rendirse. Los cobardes se rinden. Tú no.
Cuando estás enamorado, no te rindes a la primera señal de problemas. Luchas contra ellos porque sabes que te harán más fuerte.
Cuando estás enamorado, nunca dejas de luchar por tu persona. Sabes que esa persona es alguien que te hace completo. No serías lo que eres sin ella.
Cuando estás enamorado de la persona adecuada, sabes que puedes superarlo en las buenas y en las malas. Vosotros dos. Juntos. Hasta el final.