Cuando te encuentras a medio camino entre el desamor y la curación, has llegado al limbo emocional. No es un mal lugar. Es un paso en tu proceso de curación, una especie de umbral que tienes que cruzar para llegar a tu destino.
El limbo emocional significa que estás en el camino hacia tu nueva vida, pero tu pasado todavía te atenaza. Cada vez que das un paso adelante, das uno atrás y eso te mantiene en la misma posición. No estás ni aquí ni allí. No estás en el mismo lugar que cuando se te rompió el corazón por primera vez, pero aún no te has curado.
Si crees que ha llegado el momento de cruzar ese umbral y continuar una nueva vida en la que estés curado pero no encuentras la manera de hacerlo, estamos aquí para ayudarte. Hay 7 fases que debes superar para salir del limbo emocional.
Date tiempo para llorar la relación pasada
No queremos sufrir. No queremos que la tristeza por nuestra ruptura nos abrume, así que nos quedamos atrapados en este lugar de insensibilidad en el que simplemente existimos. No queremos lidiar con nuestros sentimientos, así que los encerramos. Seguimos diciéndonos a nosotros mismos que estamos bien, incluso cuando estamos lejos de estarlo.
Por eso, el primer paso en tu camino hacia la recuperación es dejar salir tus sentimientos. Llorar cuando tengas ganas de llorar. Permítete llorar porque es purificador y es el primer paso para sanar de la manera correcta.
Más adelante te permitirás ser abierto y vulnerable porque sabrás que tu dolor fue lo que te formó y te hizo más fuerte.
Sea amable consigo mismo
A veces somos demasiado duros con nosotros mismos. Nos culpamos por las cosas que no hemos hecho. Seguimos rebobinando el pasado en nuestra mente para ver si hay algo que podríamos haber hecho de otra manera para tener un resultado diferente. Lo que tenemos que entender aquí es que no todo está en nuestras manos. Que a pesar de todo el amor que sentimos, algunas personas no eran adecuadas para nosotros. No estaba destinado a ser.
Por eso tienes que ser indulgente contigo mismo. Tienes que darte cuenta de que todo lo que pasó estaba fuera de tu control y tenía que suceder así. Además, no te presiones demasiado: la curación no se produce de la noche a la mañana, es un proceso que lleva tiempo.
Haz pequeñas cosas por ti cada día
El duelo puede consumirlo todo, por eso muchas personas que lo atraviesan se olvidan de la importancia de una buena alimentación y del descanso. Acuérdate de comer bien. Busca la manera de reducir el estrés y relajarte. Intenta dormir bien, te vendrá de maravilla. No olvides que tu cuerpo y tu espíritu están entrelazados. Cuida ambos.
No te guardes las cosas dentro
Es importante hablar de las cosas que te molestan. Busca un amigo, un grupo de amigos o un consejero con quien hablar. Lo peor que puedes hacer es no hablar de ello, no importa si es la misma vieja historia una y otra vez. Cuando dices las cosas en voz alta, es como si disminuyeras tu carga poco a poco. Te sientes más ligero.
Al dejar que tus pensamientos cobren vida, también puedes ver por qué todo lo que ocurrió fue, en última instancia, para mejor. Quizá no hubieras llegado a esa conclusión si te hubieras quedado callado y hubieras seguido alimentando tu pena en lugar de liberarla. Así que, por supuesto, habla, hasta que no tengas nada más que decir sobre el tema.
Cada pequeño paso adelante cuenta
Cuando estás en el limbo emocional, te sientes atascado. Sientes que no vas a ninguna parte, cuando en realidad no es así. Estás dando pequeños pasos hacia adelante y pueden ser tan pequeños que ni siquiera los ves.
Aprende a apreciar todo lo que haces por ti.
Tienes que saber que hay gente que se preocupa por ti y que no estás solo en tu lucha.
Que hay personas que han pasado por algo parecido y que sus historias de vida pueden servirte de consuelo y de inspiración para lo que aún puedes conseguir. Tú tienes el control de tu vida y puedes superarlo todo, solo tienes que creértelo tú mismo.
Haz que ser feliz sea lo primero en tu lista de prioridades
Haz cosas que te hagan bien, que te hagan feliz y que te hagan sentir mejor. Tómate un fin de semana de spa. Haz un maratón de cine con palomitas y dulces. Haz senderismo.
Ve a nadar. Introduce algo nuevo en tu vida. Apúntate a un curso de cocina. Haz parapente. Aprende a bailar samba.
Pruebe ese nuevo sitio mexicano que acaba de abrir. Las opciones abundan y la elección es suya; lo importante es que haga algo por sí mismo.
Hora de saltar
Cuando ya hayas pasado por todos los pasos anteriores, empezarás a sentir que el limbo ya no es el lugar adecuado para ti.
Aun así, el miedo a lo desconocido y a decir adiós al pasado puede ser complicado, por eso hay que salir de la zona de confort.
Incluso cuando no te sientas 100% preparado para seguir adelante, lánzate y espera lo mejor.
Las cicatrices de tu pasado pueden escocer un poco de vez en cuando, pero no dejes que eso te haga pensar que no estás curado.
Ya has logrado tanto y tienes tanta fuerza que tu pasado no es más que un recuerdo doloroso y tienes una nueva vida por delante. Sabrás que la mejor sonrisa es la que no tienes que agradecer a nadie más que a ti mismo.