Puede que tu hermana te saque de quicio más que nadie en tu vida, pero también es la única por la que recibirías una bala sin dudarlo ni un segundo.
Tener una hermana conlleva muchas ventajas increíbles que te hacen la vida más fácil a muchos niveles. Con una hermana, tienes una amiga para siempre, y ni siquiera está cerca.
Una hermana se llevará tus secretos a la tumba, y nunca tendrás que preocuparte de que te delate.
Una hermana es un hombro constante sobre el que llorar, y no importa cuántas veces sientas que estás siendo una carga, con ella nunca es así.
Y en el fondo, estás profundamente agradecido por tener a alguien con quien siempre puedes quejarte sin sentirte molesto.
Te escuchará como si fuera su trabajo.
La hermandad es una de las cosas más bellas del mundo. Las hermanas comparten un vínculo único que va más allá de toda explicación.
A veces, es como si pudierais leeros literalmente la mente.
El nivel de cercanía y la conexión que compartes con tu hermana es incomparable, por no hablar de los efectos positivos que una hermana puede tener en ti.
Te hace querer ser mejor persona. Te empuja hacia adelante y te da amor duro cuando lo necesitas.
Ella nunca te dejará renunciar por mucho que intentes alejarla.
Las hermanas nunca se van. Y eso es lo bonito de todo.
Y, por si fuera poco, las hermanas comparten algunos rasgos realmente increíbles que la mayoría de la gente que te rodea no llega a comprender.
Así que si tienes la suerte de tener una hermana (o más), apréciala y dile cuánto la aprecias.
Es una de las pocas personas de este mundo con la que estás unido de por vida. Ella es la única con la que compartes estos 7 rasgos notables que hacen que vuestro vínculo sea sencillamente irrompible.
1. Las hermanas saben cuándo algo va mal sin que nadie se lo diga
Tu hermana siempre sabe cuando pasa algo, y ni siquiera puedes negarlo.
No importa cuánto te esfuerces en fingir que estás bien y en poner tu mejor cara, ella siempre verá a través de ti.
Eso es una bendición disfrazada porque nunca te dejará pasar por nada sola.
Y esto es algo que hay que agradecer enormemente. Tener a alguien que puede leer tu mente y estar a tu lado cuando ni siquiera se lo pides es el mayor regalo que jamás recibirás.
2. Las hermanas pueden contarse las cosas más embarazosas sin pensárselo dos veces
Poder compartir los detalles más embarazosos y cuestionables de tu vida con tu hermana es algo con lo que sueña la mayoría de la gente.
¿A quién más le contarías (sin que te juzguen) que ayer hiciste esa increíble estupidez con un completo desconocido?
¿Con quién más compartirías tus espeluznantes secretos, sin tener que preocuparte nunca de que te delate?
Con las hermanas, no hay nada fuera de los límites. Le decías que habías matado a alguien y ella te ayudaba a esconder el cadáver.
Lo que intento decir es que ella es tu guardiana de secretos más segura, y nada es comparable a eso.
3. Las hermanas tienen un lenguaje propio
Las hermanas pueden hablar sin pronunciar palabras. Una mirada basta para saber exactamente lo que tu hermana quiere decirte.
Puede que incluso tengas un lenguaje inventado que usas desde que eras niño o un apretón de manos secreto que nadie entiende.
Habéis crecido prácticamente unidos por la cadera, y por eso podéis comunicaros con tan pocas palabras, pero entendiéndoos a la perfección.
Es una conexión que no muchos comparten, y ese nivel especial de comunicación hace que tener una hermana no tenga precio.
4. Las hermanas se dicen la dura verdad cuando nadie más lo hace
Tu hermana es la única que te va a decir que vas camino de joder tu vida a menos que empieces a hacer algunos cambios.
Tu hermana es la única que te dirá que el hombre que crees que es el tuyo es en realidad un completo imbécil que te está utilizando y no merece tenerte.
Es la única que siempre te va a decir exactamente cómo son las cosas, por mucho que duela.
Y esto es porque ella no puede soportar verte arruinar tu vida. Prefiere que te enfades con ella a que te conformes con algo menos que lo que te mereces.
5. Las hermanas siempre saben cómo animarse mutuamente
Puedes estar del peor de los humores y tu día no podría ser peor. ¿Y quién crees que es la única persona que te hará sonreír? Tu hermana.
No vas a querer reír. Pero ella te conoce mejor que tú mismo, y siempre se asegurará de alegrarte un poquito el día.
Al fin y al cabo, es su deber de hermana. Y para ti, siempre está de guardia.
6. Las hermanas se admiran y se respetan más de lo que nadie podrá entender jamás
No importa cuántas veces os peleéis por esa camiseta o cuántas veces se meta en tu piel, tu hermana es la persona a la que más admiras en el mundo.
Admiras su fuerza, su perseverancia y, sobre todo, su bondad y paciencia.
Probablemente nunca le dirás esto... pero si pudieras elegir ser cualquier otra persona en este mundo, la elegirías a ella.
Es tu modelo a seguir y la persona a la que admiras con total y absoluto respeto. A tus ojos, no hay nadie como tu mariquita.
7. Las hermanas dejarían cualquier cosa en un santiamén por la otra
No importa cuál sea el problema ni dónde estés.
Si llamas a tu hermana en mitad de la noche, claramente angustiada, no se lo va a pensar dos veces. Estará fuera de casa en cuestión de minutos y de camino hacia ti.
En eso consiste la hermandad. Si la necesitas, ahí está.
La llamas y te coge el teléfono, por muy ocupada que esté. Quieres renunciar a la vida - ella no se va de tu lado hasta que está segura de que te va mejor..
Las hermanas se preocupan por las demás a otro nivel. Si tú sufres, ella también sufre.
Y por eso siempre tendrás un hombro en el que apoyarte y un compañero en la vida mientras ella viva.
Con tu hermana, estás listo para toda la vida.