Teníamos una buena relación. Éramos felices, reíamos juntos y llorábamos juntos, pero al final decidiste no elegirme y quiero darte las gracias por ello.
Aunque duramos poco, nunca te olvidaré porque me has liberado. Me has permitido volver a ser feliz.
Cuando estuvimos juntos, tuvimos nuestros altibajos, pero al final, cuando todo terminó, cuando lloré las lágrimas que había estado guardando dentro y cuando por fin sané, sólo recordé las cosas buenas que pasamos juntos.
Así que, gracias por romperme el corazón. Gracias por dejarme sola para curarme. Gracias por enseñarme una lección. Gracias por no elegirme.
Toda mi vida estuve buscando el amor. Luché por la felicidad con todo lo que tenía.
Por eso acudí a ti y menos mal que lo hice porque fuiste tú quien no me dio lo que me merezco.
Tú fuiste quien me mostró que me estaba perdiendo algo: el amor.
Tenía tantas ganas de amar que me entregué al primer hombre que mostró interés por mí. No tenía ni idea de que hay algo más que un interés que se desvanece, un flechazo.
No tenía ni idea de que el amor es mucho más que puro enamoramiento y química pasajera.
Supongo que lo que quiero decir es gracias por hacerme comprender lo que es realmente el amor.
Me enseñaste que tengo que respetarme a mí misma. Me enseñaste que primero tengo que amarme a mí mismo para poder amar a los demás.
Cuando no me elegiste, me hiciste elegirme a mí mismo.
Me hiciste hacer las paces conmigo misma y mirar mi vida desde otra perspectiva. En mi dolor, en el dolor que me diste, crecí.
Me caí en un pozo oscuro y pensé que no había forma de salir de allí.
Moraba en mi propio miedo, ahogándome en mis lágrimas, buscando respuestas. Estaba tan frustrada y triste porque no me elegiste.
Estaba pensando qué me pasa y por qué no me quieres.
Pasaban los días y los meses y seguía sin encontrar una respuesta, hasta que por fin me di cuenta de que el hecho de que no me eligieras es lo mejor que me ha pasado nunca.
Que no me eligieras me hizo darme cuenta de que soy lo suficientemente buena para mí misma.
Que no me eligieras me hizo darme cuenta de que no necesito que me elijan porque soy yo quien tiene derecho a elegir.
Que no me eligieras me hizo darme cuenta de que sólo soy perfecto como soy. No tengo que cambiar por nadie porque eso no es amor verdadero. Ese no es mi verdadero yo.
Y contigo, yo no era mi verdadero yo. Yo era algo que tú querías que fuera. Era algo que querías amar.
Me di cuenta de que era digno de amor y tú al no amarme me lo demostraste. Gracias.
Sé que merezco a alguien que me mire como si fuera la única en el mundo para él. Sé que merezco a alguien que piense que soy pura magia, la magia que sólo él sabe usar.
Merezco a alguien que esté hecho para mí. Merezco ser feliz el resto de mi vida con alguien que me quiera por lo que soy.
Tú no eras esa persona y ahora lo entiendo. No estoy enfadado porque me hayas hecho daño.
Me alegro de que no me eligieras y me alegro de que no me vieras como merecía porque eso significa que no volveré a cometer este error.
Gracias por enamorarme, enamorarme de mí misma.
No te sientas culpable por no haberme elegido. No estés triste porque no estoy triste.
Te estoy muy agradecida porque me hiciste ver lo mucho que valgo y lo mucho que tengo que dar al mundo.
Me lo enseñaste al no actuar como debías conmigo. Gracias por hacer que me ame a mí misma y a todos los que me rodean.
Gracias por dejarme ir y elegirte a ti mismo, mostrándome así que está bien que yo también me elija a mí mismo.
Ambos merecemos ser felices. Gracias por hacerlo realidad.