Así se marcha una mujer fuerte

Esta va para todos los hombres de ahí fuera, los narcisistas, manipuladores e imbéciles en general, que se creen un regalo del cielo.

La conquistaste con tus palabras dulces y tus grandes gestos, ¿y ahora crees que puedes jugar con sus emociones? ¿Ahora crees que puedes darla por sentada porque te quiere? Sí, es cierto, ella te ama.

Tal vez más de lo que nunca había amado a nadie, y tal vez incluso más de lo que nunca creyó que era capaz de amar.

Pero no eres digno de su dolor y sus lágrimas. Ni siquiera eres digno de pedirle perdón, una vez que ella se aleja de ti.

Porque se merece algo mejor que tú. Se merece más que tu amor a medias, y lo sabe. Te quiere, pero se quiere más a sí misma.

Sabe que no debe dejar que la pisotees. No nació para ser tu criada o tu segunda opción.

Ella no pasó todos esos años trabajando en sí misma, por lo que se puede quitar todo.

Su papel en la vida no es ser tu esposa o tu pareja; es mucho más que eso. Es una estrella, a la vez feroz y dulce, a la vez niña y mujer.

Hay que apreciarla, amarla y quererla, no darla por sentada. Y sabe que no debe permitir que te aproveches de su tierno corazón.

Tiene mejores cosas que hacer que perder el tiempo contigo. Tiene sueños que soñar, pasión y amor que encontrar.

Y siento decírtelo, pero ya no formas parte de ninguna de esas cosas.

Tu incapacidad para elegirla, tu miedo al compromiso y el deseo de manipularla no hicieron más que ahuyentarla.

Sabe que no debe esperar que recapacites, que tal vez algún día te comprometas con ella, porque ya sabe que no lo harás. Sabe que no debe dejar que la rompas.

Aprendió a ponerse a sí misma en primer lugar. Aprendió que ella también merece ser feliz.

Y si eso significa dejarte ir, ella lo hará, puedes estar seguro de eso. Porque ya ha pasado por mucho.

Estaba magullada, rota y golpeada hasta la muerte, pero aún respira. Sigue amando, sigue saludando cada mañana con una sonrisa.

No hay persona fuerte con un pasado fácil, pero créeme, ella no tiene ningún problema en dejarte allí también.

Está preparada para un futuro mejor, y tu oscuridad tóxica no va a formar parte de él.

Sabe que no debe tragarse ninguna de tus tonterías. Aprendió a ver a través de tus mentiras por las malas.

Solía creer todo lo que le decían. Quería creer que si amaba lo suficiente, la vida le devolvería el amor. Pero nunca lo hizo.

Amó y le salió el tiro por la culata. Se aferró a sus esperanzas y sueños, solo para verlos aplastados ante sus ojos.

Ella dio su confianza fácilmente, sólo para verla rota. Si la engañas una vez, será tu culpa. Pero cariño, engañarla dos veces nunca va a suceder.

No te necesita para sentirse completa. Ya lo está. Aprendió a amarse a sí misma de una forma que nadie conocía. Aprendió a amar su corazón magullado y su alma desnuda.

Aprendió a amar cada una de sus partes, todas esas estrías, cicatrices y marcas dolorosas que otras personas dejaron en ella.

Se mira en el espejo y no ve a una mujer rota; ve a una diosa feroz, que no será domada.

Nunca te necesitó para sentirse completa, pero la diferencia es que te deseaba.

Quería recorrer el resto de su camino contigo a su lado, nunca necesitó que la llevaras.

Y confía cuando dice que ahora está perfectamente bien recorriendo ese camino por su cuenta.

Sabe lo que vale. Conoce el calor del infierno y el frío de los pozos más profundos del dolor. Sabe lo que se siente al volar y lo que se siente al caer.

Sabe por lo que ha pasado y lo ferozmente fuerte que es, lo increíble que es, porque ha sobrevivido.

Y si crees que puedes arrebatárselo, que puedes ponerla de rodillas y hacer que te suplique que te quedes, te equivocas. Porque ella no persigue a nadie. Simplemente se aleja.