Todos cambiamos cuando nos rompen el corazón, sobre todo si ocurre más de una vez. Y aunque tú no lo sepas, no eres una excepción a esta regla.
No te das cuenta de estas cosas porque se han convertido en parte de lo que eres y porque estos cambios no se produjeron de la noche a la mañana.
Pero es sencillo: algunos de tus patrones de comportamiento de los que quizá no seas consciente son consecuencia directa de tus desamores y aquí tienes 5 de ellos.
Eres negativo
Una de las cosas que quizá no notes que ha cambiado en ti desde que te rompieron el corazón es que te has vuelto demasiado negativo.
Antes de todas las decepciones por las que pasaste en el pasado, siempre fuiste optimista y positivo con respecto a todo. Pero ahora eso ha cambiado.
Simplemente esperas el peor resultado en cada situación posible y siempre supones lo peor de todos y de todo.
Aunque no lo sepas, en realidad se trata de tu mecanismo de defensa.
Simplemente, te has hecho ilusiones demasiadas veces y siempre has acabado decepcionado, así que no te permites que vuelva a ocurrir.
Crees que te dolerá menos si esperas lo peor.
Y si ocurre algo bueno, será una sorpresa positiva para ti. Pero si tus suposiciones se hacen realidad, entonces ya lo sabías desde el principio.
Eres escéptico
Otra cosa que ha cambiado en ti y en tu visión del mundo es el hecho de que te has vuelto demasiado escéptico y cínico, aunque intentas luchar contra ello.
Simplemente no crees en el amor y piensas en secreto que la gente que cree en el romanticismo y en un amor de cuento de hadas es realmente tonta por creer en esas cosas.
Aunque te alegras cuando las personas que te rodean están felizmente enamoradas, lo cierto es que siempre te asusta en secreto que acaben heridas y que tengan que experimentar lo mismo que tú.
Simplemente no puedes obligarte a creer en el amor y tu comportamiento y comentarios revelan lo que realmente piensas al respecto.
Tienes problemas de confianza con personas que merecen tu confianza
Cuando te hieren y te abandonan las personas en las que más confiabas, es natural que tengas confianza y problemas de abandono.
Eran las personas en las que pensabas que siempre podías confiar y en cuyas manos estabas dispuesto a poner tu vida.
Pero al final, fueron los que más dolor te causaron.
Y después de esto, sentiste que no podías confiar en nadie, y mucho menos en alguien que acababa de entrar en tu vida.
Así que simplemente decidiste no dar tu confianza a nadie en tu vida, aunque lo haces inconscientemente y probablemente no eres consciente de que lo estás haciendo.
Pero lo que no sabes es que no todos los hombres son iguales; hay chicos que merecen tu confianza y tú los estás manteniendo al margen por tus miedos.
Te saboteas a ti mismo
Aunque los hombres de tu vida pasada te han hecho daño en múltiples ocasiones, lo que quizá no sepas es que ahora eres tú la única que te impide ser feliz.
Esto significa que eres tú quien se sabotea a sí mismo al permitir que sigan teniendo efecto en tu vida.
Lo haces cada vez que dejas que tus demonios del pasado te afecten, cada vez que te recuerdas a ti mismo todo por lo que has pasado y cada vez que das alguna importancia a personas que no la merecen.
Pero no sólo eso: lo haces cada vez que supones lo peor de la gente y cada vez que piensas que un chico nuevo que conoces será igual que un hombre de tu pasado.
A veces pareces maleducado
En el fondo, eres una persona amable y cariñosa chica con un gran corazón.
Pero la vida te ha enseñado a no mostrar esto al mundo porque la gente lo verá como tu vulnerabilidad y lo utilizará en tu contra.
Te has dado cuenta de que tienes que protegerte, así que has construido muros a tu alrededor para mantener alejadas a las personas tóxicas.
Simplemente no te abres a casi nadie y te niegas a permitir que nuevas personas formen parte de tu vida.
Pero, a veces, la gente que te rodea lo confunde con descortesía y falta de amabilidad. A veces te perciben como antipático, aunque no seas consciente de ello.