Sí, puedes herir a la gente hasta el punto de que nunca olviden las cosas que les dijiste o hiciste. Las cosas que dices y haces afectan a otras personas de maneras que ni siquiera puedes imaginar.
Puedes herir a alguien a propósito, pero también puedes decir cosas con rabia o con dolor que quizá no querías decir, y sea como sea, esas cosas siempre se quedan en algún lugar de tu mente y vienen a atormentarte cuando menos lo necesitas.
Alguien dijo una vez que sólo aquellos a quienes más queremos tienen el poder de hacernos más daño. Y cuando alguien a quien amas te da dolor a cambio, las cicatrices de ese amor permanecen durante demasiado tiempo. A veces, incluso puedes pensar que te has curado y entonces el pasado viene y te hace una visita para recordarte simplemente que siempre debes estar en guardia.
Las cosas que le hiciste, las cosas que le dijiste y la forma en que trataste a la chica que sólo quería quererte siempre harán que se cuestione su valía, harán que se pregunte para siempre por qué no pudo ser suficiente para ti.
Siempre la comparabas con los demás.
Te enamoraste de ella tal y como era, pero al cabo de un tiempo empezaste a querer más, a querer algo diferente. Así que en lugar de dejarla en paz y encontrar a alguien que satisficiera tus criterios, seguiste pidiéndole que cambiara.
No parabas de comparar a esta chica ya de por sí increíble y de preguntarle por qué no podía llevar el pelo como esta chica, o por qué no podía vestirse más como aquella chica, por qué no podía reírse de otra manera... No parabas de decir cómo a los demás les iba genial sin molestarte nunca en darle crédito por toda la mierda que aguantaba por tu culpa.
Seguías eligiéndola a ella antes que a otros.
En el momento en que decidisteis iniciar una relación, ella debería haber sido lo primero, siempre antes que nadie. Pero en lugar de convertirla en tu prioridad, empezaste a ignorarla.
Siempre había alguien más importante que ella, siempre había alguna otra cosa que atender. Siempre la dejabas esperando o incluso la dejabas de lado en el último momento. La chica que te dedicaba todo su tiempo se merecía algo más.
Seguiste magnificando sus defectos.
No, ella no era perfecta, pero tú tampoco. Lo que la hacía tan increíble era el hecho de que realmente intentaba ser la mejor versión de sí misma, que quería ser perfecta sólo para ti. Pero en el momento en que te hartaste de ella, empezaste a sacar a relucir todos sus defectos y a despreciar todos los lados buenos que esta chica tenía.
Todo lo que ella hizo fue cuidar de ti, sin embargo, todo lo que hiciste fue alimentar sus inseguridades.
Fue tuya desde el principio. Lo dijo alto y claro, te demostró con sus acciones que sólo tenía ojos para ti. Se comprometió plenamente contigo. Nunca tuviste que preocuparte por sentirte solo, porque incluso cuando todos te abandonaban, ella se quedaba a tu lado.
Por otro lado, la chica que te lo dio todo no obtuvo nada a cambio. Bueno, en realidad, es mentira. Ella recibía constantes recordatorios de que no era lo suficientemente buena, recibía todas tus palizas emocionales cuando no tenías a nadie más con quien aliviar tu ira.
Dejaste tu firma en ella.
No solo firmaste tu nombre en su piel, lo grabaste muy profundo. Le recordaste constantemente lo que le pasaba hasta que te creyó. Ahora, aunque alguien quisiera convencerla de lo guapa que es o de lo increíble que es como ser humano, no se lo creería.
Se recuperará de las secuelas de tu amor tóxico. Ella va a seguir adelante, eso es seguro. Porque no puedes ser lo mejor que ella tenga. Ella merece más. Pero siempre habrá esa parte de ella que se preguntará por qué no pudo ser suficiente.
Independientemente de la cantidad de amor que reciba en la vida a partir de ahora, siempre tendrá miedo de que en algún momento no sea suficiente. Cicatrices como esta no se borran nunca.