La gente va y viene. Lo hacen por diversas razones y hagas lo que hagas, no puedes afectarles.
Algunos de ellos llegan a nuestras vidas para darnos lecciones mientras que algunos de ellos se convierten en nuestros mejores amigos, los que están a nuestro lado pase lo que pase.
Esas personas son raras, pero existen. Y si tienes la suerte de tenerlas en tu vida, asegúrate de conservarlas.
Hazlo porque pueden convertir tu vida en la historia más hermosa y mostrarte lo que te has estado perdiendo todo este tiempo.
Las personas así entienden que los amigos son muy importantes en nuestras vidas, y hacen un esfuerzo adicional para mantenerte en sus vidas.
Esas personas son a veces incluso más importantes que nuestra familia, porque son nuestra elección personal, y el hecho de que nos sintamos bien cuando estamos con ellas dice mucho de nuestra relación con ellas.
Aunque sólo lleguen a nuestras vidas, estén allí algún tiempo y se marchen, son muchas las lecciones que pueden enseñarnos.
Y de eso quiero hablar hoy. Quiero hablar de todas las lecciones que aprendemos de las personas que van y vienen en nuestra vida.
Lecciones que aprendemos de las personas que van y vienen
Nos enseñan que no debemos confiar en todo el mundo
Las personas que van y vienen de nuestra vida nos enseñan muchas cosas. Quizá una de las más importantes es que no debemos fiarnos de todos los que nos caen bien a la primera.
Hoy en día la gente tiene mil caras, y no podemos confiar en alguien porque nos parezca que congeniamos con él a la primera.
Hay personas que fingen ser alguien que no son sólo para gustarte.
Utilizarán tu amistad sólo para conseguir lo que quieren, y después de aprovecharse de ti, te dejarán como si no fueras nada para ellos.
Eso no está bien, pero aun así, hay gente que piensa y se comporta de esa manera.
Y lo que tienes que saber es que todo lo que pasa entre vosotros dos no es culpa tuya.
Sólo te habla de ellos y de si son capaces de conseguir lo que quieren.
Nos cambian
Algunas personas entran en nuestras vidas para cambiarnos. Si teníamos problemas con ellas, nos enseñarán cómo afrontar esos problemas, y vamos a hacernos más fuertes de cada problema que tengamos con ellas.
En cambio, si tratamos con personas positivas y buenas, nos enseñarán algo bueno sobre la vida.
Nos demostrarán que siempre compensa ser buena persona y que al final los malos reciben su merecido.
Pero el punto aquí es que tarde o temprano con las personas que entran en nuestras vidas vamos a cambiar.
Cambiaremos lo queramos o no, y a veces ese cambio puede ser todo lo que necesitamos.
En realidad, puede abrirnos los ojos y mostrarnos que las cosas correctas estuvieron frente a nosotros todo el tiempo mientras estábamos preocupados por algo que no era tan importante.
Nos muestran lo fuertes que somos
La gente va y viene y nos enseña cosas que no habríamos aprendido ni en un millón de años.
Pueden enseñarnos cosas que son muy importantes para los educadores, pero no tanto para sus hijos. pero que en realidad no les prestamos mucha atención.
Esas cosas nos dicen lo fuertes que somos y que debemos darnos crédito por ello.
Y eso es lo que no hacemos hoy en día. Es como si cada éxito que tenemos fuera normal, pero somos muy duros con nosotros mismos por las cosas malas que pasan. Pero no debería ser así.
Al igual que somos duros con nosotros mismos por las cosas malas que nos pasan, del mismo modo deberíamos estar orgullosos de nosotros por las buenas.
Y ahí es donde los demás asumen el papel. En situaciones como esas, otras personas de nuestra vida nos recuerdan lo increíbles y buenos que somos.
Y eso es en realidad lo mejor que pueden hacer por nosotros.
Demuestran que al final debes confiar en ti mismo
Una cosa importante que los demás pueden enseñarte es que, al final, siempre debes confiar en ti mismo.
La gente va y viene, pero tú eres el núcleo. Tú eres quien decide, quien hace planes y quien dirige tu propia vida.
Eres el dueño de tu vida y tú, más que nadie, sabes qué es lo mejor para ti.
Puede que esas lecciones no sean algo agradable y dulce, pero te ayudarán a largo plazo. Te abrirán los ojos y te harán reflexionar sobre tu existencia en este mundo y tu propósito.
Esas lecciones suelen llegar cuando más las necesitas. Llegan cuando no sabes qué harás con tu vida cuando estás en la encrucijada.
Son como una epifanía, y sirven para eso. Cuando te des cuenta de ciertas cosas, verás que la verdad estaba delante de tus ojos todo el tiempo, pero no podías verla.
Pero el destino te envió a diferentes personas en tu vida que podían mostrarte lo que te estabas perdiendo todo el tiempo. Y por ellas, deberías estar agradecido.
Demuestran que algunas personas te harán daño
¿Cuántas veces has conocido a personas y has pensado que son todo lo que necesitas para ser feliz?
¿Cuántas veces confiaste en extraños porque te pareció una buena idea?
¿Y cuántas veces te han roto el corazón algunas personas que no son tan importantes en tu vida?
Muchas veces, lo sé. Pero cada uno de los que te hirieron de alguna manera en realidad sirvió de lección.
Fue una lección que tuviste que aprender de forma dura, pero era algo que te pertenecía y nadie te lo podía quitar nunca.
Así que da las gracias a todas esas personas que te han hecho daño porque te han enseñado que debes tener cuidado con a quién dejas entrar en tu vida.
Y una vez que aprendas algo así, tu vida ya no será la misma.
Por fin aprenderás a defenderte y a cambiar tu visión de la vida. Ya no será todo de color de rosa, pero será más real.
Y sólo porque será más real, te ayudará a tener una vida mejor.
Te enseñan que nunca debes rendirte
A nadie le gusta rendirse, pero a veces es lo único que nos queda en la vida. A veces es necesario rendirse y tocar fondo para poder empezar todo de cero.
Pero si lo tienes todo y aún así te rindes ante cada problema que tienes, entonces algo no va bien.
Por eso Dios nos envía a personas que no tuvieron tanta suerte como nosotros, pero que siguen luchando por sí mismas.
Nos envía a personas que han tenido tantos problemas en la vida pero que siguen en pie, sin dejar que la vida les derribe.
Y esas personas están aquí para enseñarnos que, pase lo que pase, nunca debemos rendirnos.
Nunca renuncies a nada de lo que amas, especialmente a tus sueños, porque están ahí para mantenerte vivo. Y aunque las cosas no salgan como deseabas, no estés triste.
Al menos has intentado algo nuevo. Al menos has hecho algún esfuerzo por cambiar lo que iba mal en tu vida, y deberías reconocértelo.
Porque si no lo haces tú, ¿quién lo hará?
Te enseñan que no debes cambiar para complacer a los demás
En esta época moderna, mucha gente cambia para gustar a los demás. Lo hacen porque tienen miedo de quedarse solos y de ser excluidos de la sociedad de la que tanto desean formar parte.
Pero cuando eches el freno, verás que hacer algo así no resolverá tus problemas.
Si intentas encajar con gente a la que le importas un bledo, estás haciendo todo lo que está en tu mano para cambiar tu yo real, tu yo auténtico. Y eso es lo peor que te puede pasar.
Te digo que es mejor que te quieran por lo que eres a que te quieran por lo que no eres.
Quizá esto no tenga sentido ahora mismo, pero si lo piensas mejor te darás cuenta de que tengo razón.
Puedes cambiar para convertirte en alguien que no eres, pero llegarán personas a tu vida que te demostrarán con una sola palabra que has estado haciendo algo malo todo el tiempo.
Llegará alguien que te demostrará que intentar cambiarte para complacer a los demás es lo peor que podrías haber hecho por ti mismo.
Y esa será la lección más valiosa de todas.