El problema no es que seas bipolar. El problema es que utilizas tu enfermedad como excusa para justificar tu mal comportamiento. No estoy insinuando que no tengas un diagnóstico legítimo, y tampoco estoy tratando de decir que puedes controlar tu comportamiento. Sé que no puedes.
Lo que podrías hacer es ser proactivo en tu propio autocuidado. Lo que podrías hacer es intentar aprender estrategias que te ayuden a TI a funcionar mejor en tu día a día para que tu propio comportamiento no sea tu mayor barrera. Quiero decir, aparte del hecho de que no puedo hablar contigo de nada real, y me sacaste de tu vida y de la vida de tus hijos sin pensarlo dos veces, tus demonios no me lastiman como a ti.
Como amiga tuya quiero lo mejor para ti, y como persona con experiencia en tratar problemas de salud mental, sé que hay más opciones para ti de las que te planteas.
Sabiendo que esta falta de voluntad/incapacidad para ayudarte a ti mismo es en realidad un síntoma del mismo problema para el que quiero que consigas ayuda, me he ofrecido a ayudarte. Me he ofrecido a hacer el trabajo preliminar, a llamar por teléfono, a acompañarte a las citas. Incluso me ofrecí a ir contigo al hospital y sentarme en urgencias durante dos días para que te controlaran y ajustaran la medicación cuando tu "médico idiota" tuvo la desfachatez de dejarte demasiado tiempo en su sala de espera y saliste de la consulta enfadado sin que te dieran la receta que necesitabas para funcionar. Y luego te escuché quejarte tres meses después, cuando aún no habías resuelto el problema por tu cuenta.
Tienes un diagnóstico y crees que eso es suficiente, pero no lo es. Está claro que tus medicamentos te ayudan hasta cierto punto, pero no te van a enseñar las habilidades que necesitas para mantener tus relaciones interpersonales.
Si en algún momento quieres bajarte de la montaña rusa que es tu vida, tendrás que realmente enfréntate a ti mismo. Creas el caos porque es lo que necesitas para sentirte arraigado, y te niegas a buscar ayuda real porque no quieres hacer el trabajo que supone ayudarte a ti mismo. Es duro y cuando las cosas se ponen difíciles prefieres marcharte a resolver el problema. Te he visto hacerlo una y otra vez en tu vida; quieres tomar el camino fácil y eso te lleva a más trabajo para ti.
Vale, bien, lo que sea. Sigue dejándolo a medias. No me corresponde juzgar tus elecciones de vida, y no lo hago. El problema es que ya no puedo andar de puntillas a tu alrededor. Si pensara que hay un final a la vista, tal vez. Pero, por desgracia, me he dado cuenta de que hasta que no consigas ayuda de verdad y cambies tus patrones, siempre vamos a acabar en este punto en el que me ves como el enemigo. Te enfadas conmigo por saber que podrías tener una mejor calidad de vida, y te enfadas aún más cuando intento ayudarte a conseguirlo cuando empiezas a caer en una espiral descontrolada. Ya no sé qué hacer con eso.
De lo que no te das cuenta mientras estás ocupado enfadándote conmigo por importarte una mierda es de que me estás rompiendo el corazón una y otra vez. Estás haciendo que me cuestione mi cordura. Me estás separando de tus hijos a los que quiero mucho y con los que he intentado y conseguido establecer relaciones significativas, y cada vez que me separas se sienten abandonados por mí, mientras que yo me los pierdo a ellos y a todos sus hitos importantes hasta que decides que no soy lo peor otra vez.
No eres sólo tú en esto y todo el tiempo que no estás realmente tratando o manejando tu enfermedad, mi lugar en tu vida es precario, y no importa de cuántas maneras trato de decirme a mí misma, "No es ella, es su enfermedad", se vuelve al hecho de que, mientras no te enfrentes a tu diagnóstico, tú eres tu enfermedad, y tu enfermedad es un poco gilipollas para mí.
por Tia Grace