No hay una sola persona que no haya fingido un orgasmo alguna vez. Ya sea por falta de atracción, falta de tiempo, una copa de más o cualquier otra cosa.
Sea cual sea el motivo, fingir un orgasmo es algo que deberías pensarte dos veces antes de volver a hacerlo.
No se trata sólo de decidir no tenerlo, sino que es mucho más complicado y a la larga puede acarrear decepciones y descontento con uno mismo.
He aquí algunas razones por las que se fingen los orgasmos y lo que dice de ti:
1. Emociones, emociones...
Las emociones siempre han sido cruciales a la hora de fingir un orgasmo. Si te han herido emocionalmente en relaciones anteriores o en una relación actual, esta puede ser la razón por la que finges un orgasmo.
Cuando pierdes la confianza de un modo u otro, te resulta difícil relajarte y concentrarte en tus propios sentimientos y deseos. Empiezas a prestar demasiada atención a detalles sin importancia como ¿Qué hora es? o similares.
Es la forma subconsciente que tiene tu mente de escapar de situaciones en las que no te sientes tan cómodo.
2. Su pareja no incluye suficiente de lo que a usted le gusta
El sexo consiste en dar y recibir. Si no das, no puedes esperar recibir y viceversa. A veces la pareja simplemente se olvida de dar y se concentra en su propia satisfacción en lugar de en la mutua.
Es difícil llegar al orgasmo en una situación así y no deberías avergonzarte de pedirle a tu pareja que te alcance ese punto G para poder desmelenarte durante los siguientes minutos.
3. ¿Estás pensando en hacer trampas?
A veces fingir un orgasmo no tiene nada que ver con las emociones o con tu pareja. Para aquellos que están en una relación, esto puede ser una bandera roja que le indica que está a punto de ser infiel o que simplemente está pensando en ello.
Tienes que pensar en las posibles razones que pueden ser la causa. Quizás ya no te interesa tu pareja íntimamente o simplemente te aburres.
Si simplemente estás aburrida, no dudes en comprarte lencería nueva y ENCENDER EL FUEGO (ya me entiendes).
4. Te avergüenzas de tu cuerpo
Por favor, hazme un favor y olvídate de todas esas modelos que salen en las portadas de las revistas, ¡porque eres realmente guapa!
Cada forma y tamaño de cuerpo tiene sus imperfecciones perfectas y no debes avergonzarte de aceptarlas. Confianza ¡es la clave!
5. Te da vergüenza explorar
A veces decides fingir un orgasmo porque no estás segura de cómo conseguirlo. Cuanto más explores, más confianza tendrás para mostrarle a tu pareja tus posturas y fantasías favoritas.
Si no conoces tu propio cuerpo, no puedes esperar que tu pareja prediga tus exigencias. No tengas miedo de decirle lo que tiene que hacer y estará encantado de ponerse a tu servicio.
6. La ansiedad o la depresión pueden robar toda la alegría
La ansiedad y la depresión son los enemigos más comunes de tu vida sexual. A veces ni siquiera eres consciente de que estás ansiosa o deprimida y decides fingir un orgasmo porque no te apetece tenerlo.
Sin embargo, a veces estos síntomas son mucho más fuertes y de repente te sientes perturbado, sin saber qué hacer o cómo sentirte en medio de la acción.
Es entonces cuando decides fingir tu orgasmo. Puedes hacerlo menos intenso con ejercicio regular.
7. Estás borracho
Es realmente difícil alcanzar un orgasmo cuando el alcohol se apodera de tu cuerpo.
Especialmente si se trata de un rollo de una noche y ambos estáis bajo los efectos del alcohol, hay más posibilidades de que los dos fingáis un orgasmo sólo para evitar cualquier posible vergüenza.
Dejar de beber una o dos copas antes de acostarse con alguien puede ser una sabia decisión en el futuro.
8. Te preocupa la anticoncepción
Os estáis enrollando y todo es perfecto hasta que empiezas a preocuparte por si te has tomado la píldora o cuándo fue tu última regla.
Preocuparse mata toda la diversión y también la libido, así que lo primero que se te ocurrirá es buscar una solución para salir de la acción.
En esa situación, la única solución lógica es, por supuesto, fingir un orgasmo.
9. Te centras mucho en detalles sin importancia
Supongamos que te has tomado la píldora, pero no consigues relajarte y vivir el momento. Empiezas a mirar a tu alrededor, pensando en detalles sin importancia como el color de tus bragas o si te has afeitado las piernas o algo similar.
Cuando no estás concentrado en las cosas correctas (como las emociones y el tacto), es difícil experimentar la esencia del sexo. No dejes que tu mente salte de una cosa a otra. Relájate, disfruta del momento y escucha a tu cuerpo.