Eres una hermosa obra de arte. ¿Sabes por qué digo esto? El arte siempre nos muestra partes del mundo que no pueden ser vistas por todos, comprendidas por todos o incluso estar presentes en la mente de todos como algo que merezca la pena explorar. Lo mismo ocurre contigo y tus emociones.
Emociones, emociones, emociones.
Hacen que el mundo siga girando, aunque no se les vea.
En las relaciones, puedes encontrarte con alguien que no aprecie tu forma de sentir las cosas tan profundamente. Por favor, no te avergüences de ello. Huye de ese tipo de personas. Si no te quieren tanto como tú estás dispuesto a quererles, dejar a ellos. No se merecen el universo que hay dentro de ti.
Quiero verte correr descalzo cuando el sol asoma por el horizonte. Quiero verte llorar frente al televisor porque tu personaje favorito ha encontrado al amor de su vida. Quiero que te rías: fuerte, plenamente, felizmente. Que cada palabra y cada acción te lleguen directamente al corazón.
Quiero que ames.
Si eso es lo que sientes, acéptalo y reconócelo. Tienes mucho mérito por todas esas veces que lloraste en un rincón de la habitación porque tenías demasiado miedo de mostrar tus lágrimas a alguien. Pero ahora, ya ves, no necesitas hacerlo. ¡POR FAVOR! Escúchame.
Eres una maravillosa obra de arte. Mereces sentirte vivo.
No eres demasiado. No eres demasiado poco. Eres justo lo suficiente. Así que no te disculpes nunca por tu risa ruidosa e incontrolada. Es algo que te hace tan especial y adorable.
Demasiado siempre es mejor que demasiado poco.