Una de las peores cosas que puedes hacerte a ti mismo es dejar de existir como individuo, una vez que pasas a formar parte de una pareja.
Es dejar que tu relación sentimental se convierta en tu única preocupación, en lo único que causa tu felicidad o tu tristeza y en lo único que te define.
Una de las peores cosas que una mujer puede hacerse a sí misma es dejar de ser mujer una vez que se convierte en novia.
Es dejar de ser una hija, una amiga, una mujer de carrera y cualquier otra cosa que no sea una pareja romántica.
Cuando esto sucede y cuando tu relación se convierte en el centro de tu mundo, no consigues ver todas las cosas bellas que siguen existiendo fuera de ella.
Te despreocupas por completo de ti mismo y de tu vida en aras del éxito de esta relación.
No me malinterpretes.-No estoy diciendo que intentar que tu romance funcione sea algo malo.
No te estoy aconsejando que no te esfuerces en tu relación.
Sólo te ruego que no permitas que sea lo único que te hace sentir vivo y lo único que da una razón a tu existencia.
Porque si lo haces, una vez que tu relación llega a su fin, lo ves también como el final de tu vida.
Eso es exactamente lo que te ocurrió tras tu última ruptura.
Y eso es exactamente por lo que te está costando tanto recuperarte.
Para ti, esto fue algo más que un simple desengaño amoroso. Fue un desastre; tu vida perdió todo su sentido y no sabes cómo seguir adelante por ti mismo.
De repente, te sientes perdido sin nadie que te guíe.
Te sientes como si no supieras vivir sin tu ser querido y como si tuvieras que aprender a ser tú mismo de nuevo.
En lugar de ver este acontecimiento como una oportunidad para pasar una nueva página de tu vida, lo ves como un fracaso.
En lugar de verlo como un nuevo punto de partida, lo ves como lo peor que podría pasarte.
En lugar de verlo como una bendición, lo ves como una maldición. En lugar de verlo como un nuevo comienzo, lo ves como el final.
Y ese es su mayor error. Porque realmente hay un nuevo comienzo, después de cada final.
Puede que ahora no lo veas, pero créeme-no eres roto irreparable. Puedes arreglarte y lo harás, y este no es tu final.
Hiciera lo que hiciera tu ex, no te destruyó.-sólo quiere que pienses así.
Sólo quiere que te rindas y eso es lo último que nunca deberías pensar en hacer.
Por favor, créame que pase lo que pase, siempre hay una oportunidad para un nuevo capítulo o incluso un libro completamente nuevo.
Siempre hay una oportunidad de tomar las riendas y empezar de nuevo.
Una oportunidad para convertirte en la persona que siempre has querido ser.
La oportunidad de hacer todo aquello para lo que nunca has tenido tiempo y de concentrar toda tu energía en ti mismo.
Siempre es una oportunidad para empezar a hacerte feliz a ti mismo, sin depender de que otro lo haga por ti.
No importa la edad que tengas, lo destrozado que estés emocionalmente o el tiempo que hayas perdido con alguien, nunca es demasiado tarde para reconstruirte y reinventarte.
No es demasiado tarde para salir de tu doloroso pasado y dejarlo atrás.
No es demasiado tarde para confiar en que existe una luz al final de cada túnel, a pesar de la oscuridad que te rodea en estos momentos.
Creer que tu felicidad llegará por el camino y tener fe en que la vida resultará como tú quieres.
Nunca es demasiado tarde para esperar que lleguen cosas y personas mejores, nunca es demasiado tarde para volver a amar a alguien o para empezar por fin a amarte a ti mismo.
Porque, ¿adivina qué? El fin de tu relación no es el fin del mundo.
Recuerda: pase lo que pase hoy, mañana siempre es un nuevo día.
Y tú tienes que aprovecharlo al máximo.